L’Osservatore Romano, 21-12-2016
Violencia entre policía y manifestantes en Kinshasa y en las otras grandes ciudades de la República Democrática del Congo han causado al menos 26 víctimas. El líder de la oposición Ètienne Tshisekedi ha dirigido un llamamiento a «resistir pacíficamente» a los miles de manifestantes que se han echado a las calles para pedir la dimisión del presidente Kabila.
Según fuentes oficiales, nueve personas han sido asesinadas en Kinshasa y dos en Lubumbashi, la segunda ciudad del país. Pero la misión de la ONU en la República Democrática del Congo (Monusco) ha indicado como creíbles las informaciones que hablan de la menos veinte víctimas en la capital. El nuevo primer ministro, Samy Baldibanga, ha dirigido a la población un «llamamiento a la calma» y ha enviado el ejército a la moderación. El lunes pasado caducó el mandato del presidente Kabila, que subió al poder en 2001 sin ser elegido, después de la muerte de su padre. Sucesivamente, Kabila ganó las elecciones del 2006 y del 2011 y ahora la Constitución no le permite presentarse como candidato para un tercer mandato.
Kabila continuará gobernando hasta que no se fije una nueva fecha para las presidenciales. El mes pasado se tendrían que haber realizado las elecciones pero la comisión electoral anuló la consulta denunciando dificultades logísticas y económicas en la organización del voto.

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