El exmayordomo del Papa tendrá un proceso rápido. Al término de la primera sesión, el presidente del Tribunal del Vaticano fijó la segunda audiencia para el martes 2 de octubre y dio a entender que bastará con un total de cuatro sesiones, por lo que el juicio no proyectará su sombra sobre el Sínodo de Obispos que comienza el domingo 7 de octubre.
Paolo Gabriele estaba serio pero sereno durante la primera audiencia, celebrada el sábado, en la que el Tribunal rechazó la mayor parte de las objeciones maximalistas presentadas por su abogada defensora, Cristiana Arrú, entre las que figuraba incluso la recusación frontal del proceso.
El segundo imputado, el técnico informático Claudio Sciarpelletti, acusado de «favorecimiento» del delito de Gabriele no se presentó en el aula pero su abogado consiguió que el juez aceptase la separación de procesos y el aplazamiento de la segunda causa, por lo que la próxima semana tendrá lugar únicamente al proceso del mayordomo.
Entre los ocho testigos del juicio a Gabriele figura el secretario personal del Papa, Georg Gaenswein, en cuyo despacho había fotocopiado los documentos aprovechando sus ausencias y que fue precisamente quien le identificó como principal sospechoso.
La primera sesión del juicio no aportó ninguna luz sobre lo más interesante: el resto de la trama de personas que han filtrado documentos de «Vatileaks» aparte de Gabriele y Sciarpelletti. La justicia del Vaticano conoce los nombres de otros tres «filtradores» de documentos, identificados como «Y», «W» y «X» en las actas del proceso de instrucción, así como el nombre de un confidente de Gabriele, identificado como «padre espiritual B», a quien el mayordomo entregó una segunda copia de todos los documentos suministrados al periodista italiano, publicados en un grueso libro el 19 de mayo.
La requisitoria del fiscal, hecha pública el pasado 13 de agosto, mencionaba también la autorización de un tercer registro en las oficinas de un tercer sospechoso, distinto de Gabriele y Sciarpelletti. Podría tratarse de algún miembro de la Gendarmería Vaticana pues la «pista» era la filtración de un documento interno sobre vigilancia de la casa romana de un funcionario vaticano sometido en ese mismo momento a escuchas de la Gendarmería en su oficina vaticana el 21 de abril del 2008.
El juicio más importante
El juicio iniciado el sábado es, probablemente, el más importante en toda la historia del Tribunal del Estado del Vaticano, cuya competencia es el pequeño territorio de medio kilómetro cuadrado nacido como Estado en 1929 en virtud de los Pactos Lateranenses de mutuo reconocimiento entre Italia y la Santa Sede.
Durante los años de la «Guerra Fría» y, sobre todo, durante el pontificado de Juan Pablo II, tanto el KGB como los servicios secretos comunistas de la Republica Democrática Alemana y de Polonia consiguieron colocar muchos espías en el entorno del Papa. Pero ninguno sacó tantos documentos confidenciales como el «mayordomo infiel», Paolo Gabriele.
Fuente: www.abc.es

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