El bróker italiano Gianluigi Torzi fue detenido en la tarde de ayer, viernes 5 de junio, después de ser interrogado por la Oficina del Promotor de Justicia del Tribunal Vaticano (Fiscalía) en relación con la operación de compraventa del inmueble de la avenida Sloane de Londres, un escándalo que saltó a los medios de comunicación el pasado otoño y que salpica a «una red de empresas en las que estaban presentes algunos funcionarios de la Secretaría de Estado», según una nota de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Torzi ha sido acusado de extorsión, malversación, fraude agravado y blanqueo de dinero, delitos para los que la legislación vaticana contempla penas de hasta doce años de prisión.
El arresto ordenado por Gian Piero Milano (Promotor de Justicia) y Alessandro Diddi (su adjunto) se enmarca en la investigación por la compraventa del citado inmueble del barrio de Chelsea construir pisos de lujo, y la gestión del Óbolo de San Pedro, el fondo que recoge donativos de los fieles para las obras de caridad del Papa.
Como se recordará, el pasado 1 de octubre se produjo un registro en las dependencias de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, tras el cual fueron suspendidos de empleo cinco funcionarios, entre ellos Tommaso Di Ruzza, director de la Autoridad de Información Financiera, el organismo instituido para la lucha contra el blanqueo de capitales, y Mauro Carlino, jefe del Departamento de Información y Documentación. La filtración de los cinco nombres a la prensa desencadenó dos semanas después la dimisión del jefe de seguridad del Papa, Domenico Giani, quien llevaba dos décadas en el puesto y había servido a tres pontífices.
En febrero la Oficina del Promotor de Justicia registró también las dependencias de Alberto Perlasca, exjefe de la Oficina Administrativa de la Primera Sección de la Secretaría de Estado.
