V Miércoles de Cuaresma, por Ángel Moreno de Buenafuente
Tiempo de Cuaresma. Año Jubilar de la Misericordia
“Despierte, por tanto, y manténgase vigilante nuestra fe; comprenda que aquél al que poco antes contemplábamos en la condición divina, aceptó la condición de esclavo, asemejado en todo a los hombres, e identificado en su manera de ser a los humanos, humillado, y hecho obediente hasta la muerte; pensemos que incluso quiso hacer suyas aquellas palabras del salmo, que pronunció colgado de la cruz: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? “ (San Agustín)
V Miércoles de Cuaresma
Siempre sorprende el título que se le da a la imagen de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, cuando representa a Jesús bajo el peso de la Cruz. Con ella se nos revela que el poder de Dios se manifiesta en la obediencia de Jesús a su Padre.
Texto bíblico: “Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió” (Jn 5, 30).
Francisco, dirigiéndose a los misioneros, dice: Serán misioneros de la misericordia porque serán los artífices ante todos de un encuentro cargado de humanidad, fuente de liberación, rico de responsabilidad, para superar los obstáculos y retomar la vida nueva del Bautismo. Se dejarán conducir en su misión por las palabras del Apóstol: « Dios sometió a todos a la desobediencia, para tener misericordia de todos » (Rm 11,32). Todos entonces, sin excluir a nadie, están llamados a percibir el llamamiento a la misericordia. Los misioneros vivan esta llamada conscientes de poder fijar la mirada en Jesús, « sumo sacerdote misericordioso y digno de fe » (Hb 2,17).
Oración: “Padre, que no haga lo que yo quiero, sino lo que quieres Tú”.
Propuesta
Atrévete a decir con confianza y abandono en las manos de Dios: “Hágase tú voluntad”.

Añadir comentario