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Cultura

Universidad Internacional Menéndez Pelayo – Crisis del hombre – Crisis de Dios’. Análisis de la situación espiritual contemporánea

UNIVERSIDAD INTERNACIONAL MENÉNDEZ PELAYO

Santander.

Escuela de Teología “Karl Rahner – Hans U. Balthasar”

Crisis del hombre-Crisis de Dios

Dirección: Olegario González  de Cardedal

30 julio a 3 agosto 2012

Un año más, con una numerosa y variada participación, dentro del marco de los cursos de verano y en la UIMP, la  ‘Escuela de teología ‘Karl Rahner-Hans U. Balthasar, bajo la dirección de Olegario González de Cardedal y con el título:  Crisis del hombre – Crisis de Dios’. Análisis de la situación espiritual contemporánea, se ha celebrado el curso. Se ha pretendido una confrontación buscando la comprensión desde la ciencia, la filosofía y la teología contemporánea. Una primera parte giró en torno a un análisis de la situación: ciencia y religión, junto con una respuesta desde la filosofía y en un segundo momento se dio respuesta desde la teología para clausurar el último día con una orientación en la existencia y en la fe. Se ha pretendido situar el debate sobre la creencia en Dios dentro del contexto social, espiritual y cultural que vivimos en Europa. El ser humano no puede vivir sin pensar y sin reflexionar sobre el sentido de su existencia” y “especialmente” en momentos de cambio de época como el actual. Porque la fe en Dios es un motivo de ayuda para superarse, ya que quien tiene esperanza sale adelante”.

Se inauguró el curso con una ponencia de Olegario González de Cardedal, “Conmoción de fundamentos, vida personal y vida de fe”. A lo largo de la historia tanto la pregunta como la respuesta por Dios y por el hombre van indisolublemente unidas; se esclarecen y oscurecen al mismo tiempo. Es preciso apostar por la dignidad humana, el valor absoluto de la persona, la verdad de la fe y los caminos hacia el encuentro del hombre consigo mismo y con Dios. Sigue siendo válido, en todo este contexto, que cada época está a igual distancia de Dios. Donde el ser humano se hace preguntas, allí aparece Dios.  ( Sal. 11, 7  ” El Señor es justo, y ama lo que es justo; ¡por eso le verán cara a cara los sinceros!”

Gabriel Amengual, Catedrático de Filosofía de la Universidad de las Islas Baleares, disertó sobre Humanismo y posthumanismo a finales del siglo XX”. El ser humano tiene que hacerse siempre, y para ello se requieren orientaciones, metas, motivos y fines. En el debate sobre esto surge el conflicto entre humanismo y anti o posthumanismo.  Pero no toda lucha del hombre es contra el hombre ni todo lo que se ha denominado es lucha contra el hombre.

Concluyó su ponencia afirmando que el valor absoluto del hombre y de la persona no se deduce de una propiedad, de la mayor o menor inteligencia, sino de su ser; ni se deduce de la supuesta autonomía y absolutez humana. Estamos en una dimensión trascendente, en cuanto que va más allá de si mismo.

Concluyó el  día con la intervención del Catedrático de Filosofía en la Universidad Complutensede Madrid, Gabriel Albiac. “Trascendencia, sacralidad o profanidad del hombre”. Hizo referencia al debate cristianismo-Islam o lo que es lo mismo, en su opinión, teología-filosofía. Desde su vivencia no creyente, defendió el quehacer filosófico tratando de presentar el horizonte de trascendencia que se le abre al hombre aun desde una concepción materialista de la realidad.

En el diálogo cristianismo y paganismo, hay una referencia, dijo, a Pascal para terminar con una referencia a los escritos del teólogo Ratzinger, como el discurso de Benedicto XVI Ratisbona en 2006, donde reivindica una nueva relación entre Fe y Razón; un discurso en el que condenó la “irracionalidad” de la difusión de la fe mediante la violencia.

Mons. Elías Yanes, asistente a los cursos

El curso continuó, al día siguiente, con la ponencia de Juan Arana, Catedrático de Filosofía en la Universidad de Sevilla, “¿Somos algo más que máquinas lógicas?.¿Somos mas que maquinas de carne?. El desafío de la inteligencia artificial”. Juan Arana disertó sobre una parte del conocimiento que más ha crecido en los últimos años: la inteligencia artificial. Es una rama de la investigación que incide en la imagen que los seres humanos tenemos de nosotros mismos. Realizó  un repaso a buena parte de la literatura científico-divulgativa de nuestros días.

Una posterior mesa redonda con la participación de Gabriel Amengual, Gabriel Albiac y Juan Arana, giró en torno a estas tres cuestiones:

—a) Pregunta por la dignidad y libertad del hombre.

—b) El hombre es el ser que se pregunta.

—c) Crisis del hombre y crisis de Dios.

Santiago del Cura, Catedrático en la Universidad Pontificia de Salamanca y en la Facultad de Teología del Norte de España (Burgos), reflexionó sobre “Conexión entre afirmación del hombre y afirmación de Dios”. La pregunta por Dios aparece en la perspectiva de la antropología. El Dios del que habla la teología cristiana es el Dios de la revelación. El hombre existe por el amor de Dios que lo creo . G. S. nº :19,20.  “Nos hiciste , Señor para ti y nuestro corazón esta inquieto hasta que descanse en ti” ( S. Agustín). El hombre puede organizar el mundo sin  Dios pero lo hará contra el hombre  Humanismo inhumano. (Henri de Lubac). El  hombre necesita a Dios. De lo contrario se queda sin esperanza. Hoy nos encontramos ante un ateísmo aproblemático. La historia esta llena de luces y sombras y la iglesia esta abierta a la verdad venga de donde venga. Dios es un eslabón para la esperanza. Todo lo que sea verdadero lo diga quien lo diga proviene del Espíritu Santo ( Sto. Tomas).  Terminó su ponencia con la alusión al “homo areligiosus”, como desafío interdisciplinar. Estamos ante un fenómeno nuevo, dijo,  (increencia general) que hay que abordar de manera interdisciplinar. En el Vaticano II, ya se abordó este fenómeno. Y como conclusión manifestó que donde está Dios hay futuro.

El curso prosiguió con las ponencias Los caminos del hombre hacia Dios o validez de la razón”  y  “Los caminos de Dios hacia el hombre o validez de la revelación, a cargo de Vicente Vide, decano dela Facultad de Teología dela Universidad de Deusto.

Aludió a distintos caminos que puede usar el ser humano para llegar a Dios. Así el camino del ser vía entis o validez de la razón metafísica, el camino del dinamismo antropológico (validez de la razón volitiva), el camino del sentido de la vida (validez de la razón axiológica y hermenéutica), el camino del logo (validez de la razón lingüística), el camino del símbolo (validez de la razón simbólica), el camino de la belleza (validez de la razón estética), el camino de la ética (validez de la razón práctica), el camino de la ciencia (validez de la razón natural), para concluir la ponencia con la afirmación: es razonable creer en Dios. Reducir la fe religiosa a una actitud sin ningún tipo de control racional supone abrir el camino a dictados subjetivistas, sin ningún tipo de argumentación y a conductas que no respetan un marco  ético universal, válido para todas las personas religiosas o no. Afirmar la existencia de Dios es algo de lo que se puede dar razón y es algo que es posible comunicar incluso a quienes niegan su existencia, ya que para negarla hay que argumentar.

En cuanto a los caminos de Dios hacia el hombre, aludió al camino de la revelación, pero también el camino de la palabra, el camino dela Sagrada Escritura, el camino del silencio elocuente, el camino a través de la manifestación “natural” de Dios, el camino de la interioridad, el camino a través de Jesucristo, revelación de Dios en persona, en definitiva, el camino de la encarnación

Nuevamente el profesor Santiago del Cura abordó el problema del mal, con la ponencia: El escándalo del mal (exceso de la negatividad) y el escándalo del Crucificado (exceso de amor).

La pregunta por el mal, el sufrimiento, es una cuestión de tipo existencial. El mal pone en crisis a Dios y pone en crisis al hombre. ¿Qué tipo de mal causa escándalo a la comprensión humana?

Mons. Elías Yanes, interviniendo en el curso

Se puede acudir a preguntas en relación con Dios y en relación con el hombre: la cuestión de la teodicea y la cuestión de la libertad. La libertad humana es una libertad creada. Aludió al escándalo del Crucificado o “mysterium caritatis”. El mal adquiere mascaras, máscaras que llevan a la pregunta por el diablo, contra el que se clama en el Padrenuestro cuando se dice: “líbranos del mal”.

La última ponencia de este día Los santos y la humanidad del hombre,  corrió a cargo de Angel Cordovilla, Secretario de este curso y Director de Teología Dogmática-fundamental. Universidad Pontificia de Comillas. Los santos, dijo, son expresión de la plenitud en que consiste la única vocación de la vida humana. Esta afirmación la desarrolló fijándose en la ontología de la santidad: Sólo Dios es santo. Pero Dios quiere compartir esta realidad, pues nos quiere “santificados, llamados a ser santos”. Dios es Padre, pero Padre Santo. En un segundo momento se fijó en la fenomenología de la santidad o variedad en el modo de vivir la santidad, empezando por los mártires. Hay tantos tipos de santidad como santos. Y finalmente se fijó en la antropología de la santidad. Cada biografía de un santo es la historia de una misión.

El día terminó con la mesa redonda, en la que intervinieron Vicente Vide, Santiago del Cura y Ángel Cordovilla. La pregunta base fue: ¿Qué pasa cuando se pierde la confíanza en Dios?

A veces se produce una crisis del propio ateísmo. Entonces se  produce una recuperación nueva.

El  credo comienza con la confesión en el Dios vivo. Dios sale siempre en nuestra búsqueda.

Finalizó el curso de esta Escuela, con la ponencia “Los nuevos caminos para el encuentro dle hombre consigo mismo y con Dios”, a cargo nuevamente de Gabriel Amengual. Centró su intervención en dos caminos. Uno centrado en la interioridad, es decir, el viaje al propio interior como lugar de encuentro consigo y con Dios. Y unido a este camino el de la alteridad, es decir, el encuentro con el otro, con el prójimo. Porque el camino que uno tiene que emprender para encontrarse consigo y con Dios es el viaje interior. “No quieras ir a buscar fuera; entra dentro de ti mismo, porque en el hombre interior reside la verdad” (S.Agustín “De vera religiones, XXXIX.72). Hablar de interioridad, resalto, es hablar de S.Agustín. Interioridad y alteridad. Alteridad del otro como encuentro consigo y con Dios. El otro como sacramento del encuentro con Dios. S. Agustín lo expresa maravillosamente. “El amor a Dios es primero según el orden de los mandamientos (tiene carácter de principio, es fundamental), el amor al prójimo es el primero según  el orden de las obras…cuando amas al prójimo, limpias tu ojo para ver a Dios…encárgate de aquel con quien caminas y llegarás hasta aquel con quien deseas permanecer...”.

La lección de clausura la impartió César Nombela, Catedrático de Microbiología. Universidad Complutense de Madrid.  El título: “El discurso de la dignidad humana a la luz de la nueva biotecnología”. Comenzó el profesor Nombela con estas preguntas:¿hacia dónde se ha de dirigir la bioética?, ¿es legítimo redefinir la naturaleza del hombre?, ¿cabe una nueva definición de la persona?.  Pensar que lo que el hombre no ha logrado con la educación, lo va a dominar a través de una domesticación genética, resulta disparatado. Otra cosa es la de quienes ven un futuro abierto a algunas novedades, proponiendo que el hombre puede tener aun en sus manos el devenir de la especie. ¿Por qué hablamos de la nueva biotecnología?. La segunda mitad del siglo XX presenció el triunfo dela Biología experimental. Con el apogeo dela Biología Molecular, surgíala Ingeniería Genética. Se había cerrado un ciclo completo,la Biología, como conocimiento de los seres vivos, devino en Biotecnología, como capacidad de intervenir en los procesos de los vivientes. Irrumpela Bioética, que no puede prescindir de la objetividad científica sobre la vida del hombre, aunque el establecer juicios de valor suponga un salto adicional, porque la vida del ser humano, su significación y su valor, van más allá de lo que representa su propia naturaleza biológica.

El ser humano constituye la referencia bioética fundamental, porque es el único ser vivo capaz de un comportamiento moral. La Biologíaes suficiente para entender la naturaleza ética del comportamiento humano, pero no para explicarla, citando a Francisco J.Ayala. La dignidad humana es el fundamento y referencia de la bioética. Siguiendo a Frances Toirralba, en este punto, aludió a dignidad ontológica, cualidad inseparable del ser humano por el hecho de serlo. Dignidad ética, en alusión a la capacidad de obrar libremente, tomando decisiones y dignidad teológica, la que le corresponde al hombre como hijo de Dios e imagen y semejanza del Creador. Para mi, dijo Nombela, la dignidad humana constituye el fundamento dela Bioética. Se podría afirmar, quela Bioética nace para promover la dignidad humana. La vida humana (su dignidad) constituye el elemento esencial de referencia parala Bioética. Cada ser humano es único e irrepetible; toda vida humana comienza con la fecundación de los gametos, el materno y el paterno, que origina un cigoto con la dotación genética propia de cada individuo.

Quienes afirman que no es lo mismo un embrión que un feto, ni un feto que un ser humano maduro, formulan una obviedad, dijo. No son  entidades físicamente idénticas, como tampoco somos idénticos -psicológica o incluso físicamente- en distintas etapas de nuestra vida, pero eso no puede utilizarse  para rebajar los derechos o la dignidad de la vida humana. No puede hacerse y  en ningún caso, en nombre dela Ciencia, dijo Nombela.

La vida humana es un proceso continuo, desde la concepción hasta la muerte. Limitar el derecho a vivir a haber superado catorce semanas de desarrollo fetal carece de justificación; ¿por qué no ocho o dieciseis?.  Somos la única especie dotada de autoconciencia, capaz de anticipar hechos y de elegir en función de ello. Terminó asumiendo una reflexión del naturalista Holmes Rolston: La ciencia y la consciencia tienen una relación compleja, difícil de acotar. La ciencia necesita de la consciencia, pero no la puede justificar…Tras cuatrocientos años de ciencia e ilustración la cuestión de los valores permanece en el siglo XXI, tan aguda y tan dolorosa como siempre. El reconocimiento y respeto de la dignidad humana no es algo trivial. De ello depende en buena medida nuestro futuro.

 

Agosto. 2012

José Manuel Coviella Corripio

 



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