De manos centenarias y corazón de niña, por José Moreno Hoy he desayunado con Felisa, una parroquiana casi centenaria –ya va camino de los noventa y siete...
De manos centenarias y corazón de niña, por José Moreno Hoy he desayunado con Felisa, una parroquiana casi centenaria –ya va camino de los noventa y siete...