Haití, el país más pobre de América, está al borde del precipicio. En estado de emergencia desde el 17 de marzo para tratar de frenar el COVID-19, las autoridades sanitarias contabilizaron este 16 de mayo 98 nuevos contagios en solo 24 horas. Oficialmente, los infectados hasta ahora son 456 (ha habido veinte muertos), pero 1.893 pacientes no diagnosticados presentan síntomas similares al coronavirus.
Pese a que desde el 11 de mayo es obligatorio el uso de mascarillas, el virus avanza. Y ello se debe en gran parte a la lacerante pobreza de la población, que debe salir de casa para procurarse qué comer.
Ante esta situación, los misioneros están teniendo que «reinventarse». La comunidad de religiosas de Jesús-María de Puerto Príncipe, por ejemplo, ha tenido que aparcar sus proyectos —taller de prótesis, apoyo escolar y alimentación de niños, seguimiento familiar y becas— debido al cierre de las escuelas. «Con los fondos que teníamos hicimos una primera gran compra y empezamos a repartir comida», explica Josela Gil Navarro RJM, que llegó a Haití en 2017, tras el asesinato de Isa Solá RJM. «El reparto sigue hasta hoy. Más de 400 familias han recibido un “kit” con harina, arroz, maíz, habichuelas, azúcar y leche en polvo, espaguetis, quesitos, pasta de tomate y 3,5 litros de aceite; y un cubo “tuneado” con un grifo y jabón. El coste medio de cada kit es de 30 euros y con él viven ¡15 días!».
Gil pide ayuda para poder seguir realizando esta labor, pues «son muchos los niños que dependen» de esta ayuda. Las religiosas de Jesús-María llevan también alimentos a la prisión de jóvenes, donde hay «una situación infrahumana».
Pueden enviarse donativos a la cuenta de La Caixa ES53 2100 1901 5522 0046 0077, especificando como concepto: Cdad de Puerto Príncipe Covid19.
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