Sergi Gordo ya es obispo de Tortosa. Esta mañana ha tenido lugar la Eucaristía de inicio de ministerio en la catedral de Santa María, en la que ha animado a sus nuevos fieles a salir a ofrecer a todos la vida de Jesucristo.
«El Señor, que recorría los pueblos de alrededor y enseñaba, es quien nos invita a ser una Iglesia que sale al encuentro de cada persona», ha dicho durante la homilía. Y citando al papa Francisco, ha dicho que prefiere una Iglesia accidentada, herida y manchada por haber salido a la calle, que una Iglesia enferma por el cierre y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades.
Y ha añadido: «Salgamos creyendo profundamente que lo que anunciamos es algo extraordinario. Proponemos sin imponer, sin proselitismos. Libres de cosas secundarias que impidan la misión. Salgamos con autenticidad, sin hacer comedia, sin ser burócratas, sin vivirlo como un rol para horas convenidas».
Ni mesías ni llaneros solitarios
Una tarea que no puede hacerse en solitario, sino junto a otros. «Nunca como francotiradores, nunca como líderes autorreferenciales, nunca como mesías o llaneros solitarios, sino fraternalmente, en comunión, caminando juntos, sinodalmente», ha agregado.
«Deseo aprender mucho de vosotros, conoceros, escucharos, hacer míos vuestros gozos y esperanzas, tristezas y angustias, adentrarme en vuestra historia», ha concluido.
