Revista Ecclesia » Alocución de monseñor Juan Carlos Elizalde, obispo de Vitoria
Iglesia en España

Alocución de monseñor Juan Carlos Elizalde, obispo de Vitoria

Alocución de D. Juan Carlos Elizalde

La celebración que estamos viviendo supera totalmente mi persona. Es la presencia gozosa del Señor en medio de su pueblo. ¡Qué alegría ser Iglesia y formar parte de este pueblo! Es la alegría que sentía la semana pasada cuando pude abrazar al Papa Francisco y pedirle la bendición para vosotros. El repite a menudo que en la convivencia familiar no pueden faltar 3 palabras: gracias, eskerrik asko, perdón, barkatu y por favor, mesedez. Me gustaría pronunciarlas hoy aquí.

Eskerrik Asko, Gracias

ESKERRIK ASKO, GRACIAS a Dios y a vosotros. Eskerrik asko zuen harrerarengatik eta eskaini didazuen hurbiltasunagatik.

Gracias señores cardenales, arzobispos y obispos por recibirme con cariño como al hermano más pequeño. D. Fernando, D. Francisco, D. Juan Antonio, D. Fidel, D. Miguel, mi querido predecesor al que estoy tan agradecido, D. Renzo, representando tan entrañablemente al Santo Padre, sé que siempre estaréis ahí. Gracias hermanos todos en el episcopado por estar hoy aquí en una fecha complicada tan cercana la Semana Santa. Mil gracias, sabéis que os necesito.

Gracias autoridades de Vitoria, Pais Vasco, Pamplona, Valle de Erro y Mezkiritz, mi pueblo.

Gracias de corazón a todos los que habéis hecho posible con tanto esfuerzo esta celebración tan preciosa. Gracias también a Vitoria en nombre de mi familia y de la Diócesis de Pamplona-Tudela.

Eskerrik asko, bihotzez, ospakizun zoragarri hau posible bihurtu duzuen guztioi. Eskerrik asko, baita ere, nire familiaren eta Iruña eta Tuterako elizbarrutiaren izenean.

Barkatu, Perdón

Nunca me he sentido tan indigno, pequeño y pobre, ni tan querido y acompañado.

Emozio izugarri handi bat sentitzen dut zuei hitz hauek esatean, Gasteizko elizbarrutiko anaiok eta Arabako gure lurralde maite honetako lagunok.

Siento que no correspondo a tanto cariño de mi familia, de mis amigos de Burgos, Madrid y Navarra, de mis hermanos sacerdotes y diáconos, de mis parroquianos de Pamplona y de la zona pastoral de la Virgen de Roncesvalles. Perdón por no estar a la altura, por no haberos podido agradecer y contestar personalmente a tantas pruebas de afecto estos días. Lo hago ahora y en el abrazo que podré daros al final de la celebración.

Vosotros me habéis ayudado a elegir el lema episcopal: “Tú eres el hijo amado”. Yo me siento así por vosotros. Seguid ayudándome a que otros también perciban que son incondicionalmente amados.

Nire eginkizunaren goiburua edo iragarkia Jesusek bere Bataioan eta Tabor mendian entzun zituen hitzak dira: Zu zara nire Seme maitea. Nire bizitza gidatu duten hitz hauek zuretzat ere esanak dira. Zu ere maite zaitu Jainkoak modu paregabean eta errepikaezinean.

Mesedez, Por Favor

Explica el Papa Francisco: “Por favor, ¿Puedo, permiso?». “Es la petición gentil de poder entrar en la vida de otro con respeto y atención…En definitiva, pedir permiso significa saber entrar con cortesía en la vida de los demás. Y no es fácil. A veces, en cambio, se usan maneras un poco pesadas, como ciertas botas de montaña”, dice el Papa.

Zuen laguntza behar dut. Ezin dut nire eginkizuna bete zuen otoitzik gabe, zuen goxotasunik eta aholkurik gabe. Gaurtik aurrera jadanik nire bihotzean zaudete.

Vengo a vosotros, fieles de la Diócesis de Vitoria, como el que sirve, como pastor que a veces tendrá que ir por delante, otras en medio y otras al final recogiendo a los últimos.

¿Os acordáis de las primeras palabras del Papa Francisco el día de su elección?

“Y ahora, comenzamos este camino: Obispo y pueblo… Un camino de fraternidad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro. Recemos por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad… Y ahora quisiera dar la Bendición, pero antes, antes, os pido un favor: antes que el Obispo bendiga al pueblo, os pido que vosotros recéis para que el Señor me bendiga: la oración del pueblo, pidiendo la Bendición para su Obispo.”

Es lo que yo también ahora os suplico.

Yo vengo a Vitoria con el corazón abierto de par en par, con toda mi alma y mi ilusión. La prueba de ello es que viene a vivir conmigo mi madre. Cuando se la presente al Papa le dije: “Es mi madre y viene conmigo a Vitoria”. Y él con su habitual humor le dijo: “¡Pues cuídelo bien que estos obispos jóvenes no se saben cuidar!” Creo que también vosotros me cuidaréis, nos cuidaréis.

¿Os animáis a comenzar conmigo este camino, como decía el Papa, obispo y pueblo? ¿Os animáis hermanos sacerdotes y diáconos de Vitoria a formar conmigo un equipo, un presbiterio que transmita su alegría y su pasión a nuevas vocaciones para una nueva evangelización?

¿Os animáis religiosos y religiosas de Vitoria a reiniciar conmigo un camino de paz y reconciliación en nuestra tierra desde la oración y las iniciativas audaces?

¿Os animáis familias, niños, jóvenes, adultos y ancianos a proclamar conmigo a los cuatro vientos la alegría del evangelio y la verdad sobre la familia para construir una sociedad verdaderamente humana?

Los pobres son los primeros beneficiarios de esta fiesta eclesial. La Iglesia de Vitoria es para ellos y mi corazón también. ¿Os animáis a que sigan siendo los pobres, los parados, los inmigrantes, los marginados, los últimos, el corazón de la Iglesia de Vitoria?

Elizaren jai honetan behartsuak dira lehenengo onuradunak. Gasteizko Eliza beraientzat da eta nire bihotza ere bai. Elkarrekin egingo dugu lan gehien behar gaituztenen alde, baztertuei eta behartsuei lehentasuna emanez.

Ante la Virgen de Estíbaliz y ante San Prudencio, patronos de la Diócesis, ponemos todos nuestros deseos. Que así sea.

Saludo de don Juan Carlos Elizalde, obispo electo de Vitoria. Carta dada el 8 de enero de 2016

Un saludo lleno de afecto a toda la Diócesis de Vitoria y a todos los alaveses. Agur bero bat bihotzez arabar guzioi. Urte berri on! Nere desio oberenak hasi berria dugun 2016 urtearentzat.? Un saludo a mis hermanos sacerdotes y diáconos, consagrados y laicos.

Juan Carlos Elizalde, obispo de Vitoria Vuestra sorpresa es la mía y agradezco al Papa Francisco la confianza inmerecida que ha depositado en mi. Vuestra oración por mi me anima a decir sí a la llamada de Jesús como lo hicieran los apóstoles en el lago de Galilea. Pongo esta nueva andadura vuestra y mía bajo la protección de San Prudencio patrono de Álava y de la mano de la Virgen Blanca, patrona de Vitoria.

Azkar ezagutuko dugu elkar eta, aurrera begiratuz, ideak eta ametsak partekatuko ditugu?

Ya sabéis mi nombre. Tengo 55 años y desde hace 28 soy sacerdote. Soy de Mezkiritz, un pueblo pequeño de la montaña de Navarra, y el mayor de 5 hermanos. Los últimJuan Carlos Elizalde Espinal, Obispo de Vitoriaos años he servido a mi diócesis de Pamplona-Tudela como vicario episcopal de Pamplona y prior de Roncesvalles siendo párroco de 9 pueblos pequeños cercanos al mío y a la Colegiata de Roncesvalles. Toda mi vida sacerdotal ha estado vinculada al mundo estudiantil universitario y los últimos 17 años a la Universidad Pública de Navarra en concreto.

Lógicamente no sé ser obispo así que ya me ayudaréis. Nunca he tenido una conciencia tan grande de la desproporción entre mis posibilidades y la misión que el Señor y la Iglesia me encomiendan. He predicado muchas veces que Dios no elige a los capaces sino que hace capaces a los que elige. Pero en esta ocasión tendrá que ser a base de vuestra ayuda, consejo y oración.

Tengo, eso sí, el firme convencimiento de que Jesús de Nazareth es la respuesta a todo lo que el corazón humano anhela. Y que la Iglesia, santa comunidad de pecadores, trae la salvación de Jesús a este mundo nuestro apasionante pero necesitado y roto.

Desde el primer momento me gustaría, como lo está haciendo D. Miguel durante 20 años, acompañar a todas las comunidades cristianas a seguir saliendo hacia las periferias que nos señala el Papa Francisco: los más pobres, la gente golpeada por la violencia, la increencia deshumanizadora y la desunión entre nosotros. Y todo ello desde la alegría contagiosa del Evangelio.

Me siento deudor de la herencia espiritual de San Ignacio de Loyola y de la escuela de espiritualidad sacerdotal de la diócesis de Vitoria así que concibo mi ministerio como un servicio apasionado desde el agradecimiento por los bienes recibidos del Señor para compartirlos con los hermanos. Procuraré entregarme con todo mi tiempo, con todo mi caudal afectivo y hasta el límite de mis fuerzas. Me gustaría que pudierais contar conmigo incondicionalmente desde el principio y que juntos pudiéramos compartir la alegría de la misericordia en este Año Jubilar.

Agradezco de corazón a D. Miguel su entrega total a la diócesis y su cercanía conmigo en el relevo. Él me irá comunicando toda la riqueza y posibilidades de nuestra diócesis y como lo que soy, un servidor necesitado, me abro a vuestras sugerencias, consejos y aportaciones con enorme esperanza. Viniendo de una diócesis de tan cercana sensibilidad social y eclesial espero, que con vuestra ayuda, me sienta desde el principio en mi casa. Besarka haundi bat. Jadanik nere otoitzean zaudete. ?Junto a mi oración por vosotros, un abrazo lleno de afecto y mi bendición.

Juan Carlos Elizalde

8-1-2016



O si lo prefieres, regístrate en ECCLESIA para acceder de forma gratuita a nuestra revista en PDF

HAZME DE ECCLESIA

Cada mes, en tu casa

Últimas entradas