Rito de envío de los Misioneros de la Misericordia
Queridos:
Elevemos nuestra alabanza y nuestra súplica a Dios Padre, dador de todo bien, por estos nuestros hermanos invitados a llevar en las diversas regiones el alegre anuncio de la misericordia en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Te bendecimos y de alabamos, ¡oh Dios!, porque en el misterioso designio de tu misericordia has enviado al mundo a tu Hijo, para liberar a los hombres de la esclavitud del pecado mediante su sangre derramada y colmarle de los dones del Espíritu Santo.
Guarda, Señor, a estos siervos tuyos, que enviamos como mensajeros de misericordia, de salvación y de paz. Guía sus pasos con tu diestra, para que no desfallezca ninguno bajo el peso de la fatiga apostólica.
Resuene en su palabra la voz de Cristo y en sus gestos el corazón de Cristo; y cuantos los escuchen sean atraídos a la obediencia del Evangelio. Infunde en su corazón tu Santo Espíritu, para que, hecho todo a todos, conduzca hacia ti, ¡oh Padre!, a una multitud de hijos, que te alaben sin fin en tu santa Iglesia.
Foto: El padre Ángel Moreno de Buenafuente en el envío de Misioneros de la Misericordia

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