Reflexión sobre las lecturas V Domingo de tiempo ordinario, C, (7-2-2016)
Hoy las lecturas de este domingo nos invitan a la llamada, a la vocación. A un seguimiento personal e íntimo de Dios con nosotros, y nosotros con Dios.
Los discípulos no se lo pensaron. Jesús los llamó y le siguieron. Dejaron todo lo que tenían, y se pusieron en marcha, a la misión.
El Evangelio me hace una pregunta a mi… ¿yo he sido tan rápido en dejarlo todo como hicieron los discípulos? ¿Soy valiente y me abandono en sus manos?
A pesar de nuestro pecado, nuestra fragilidad… Jesús nos sigue llamando y esperando. Seamos valientes.
Un hijo nunca tiene miedo cuando le llama su Padre. Tengamos confianza.
Si nos surge el miedo y el titubeo, habría que preguntarnos y evaluar que de auténtica es nuestra vocación y relación con Él.
Isaías nos habla que tenemos que implicarnos en la misión sin miedo, sin dudas a pesar de nuestra “pequeñez”
San Pablo nos aconseja a que acojamos el Evangelio con fuerza. Que a pesar de todos los fallos que cometamos, la gracia sigue actuando en nosotros.
Pidamos a Dios que nos siga dando fuerza, para que a pesar nuestro pecado y fragilidad, sigamos adelante con ánimo, y no tengamos miedo a dejarlo todo por el Evangelio.
Ejemplo de ello, es María. Fiel discípula y seguidora de Cristo.
Fray Jose Borja.

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