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¿Qué hacer en vacaciones?

Mons. Francisco Gil Hellín, Arzobispo de Burgos

Desde hoy hasta después dela Virgende Agosto es el tiempo fuerte de las vacaciones del verano de quienes vivimos en esta tierra castellana. Pienso que es una buena oportunidad para que nos hagamos una pregunta sencilla y, a la vez, importante: ¿qué voy a hacer durante mis vacaciones?

La vida moderna imprime un ritmo laboral intenso y continuado. En no pocos casos, estresante. El ritmo diario de día-noche, y el semanal -con un día de descanso y seis laborales-, en muchos casos ya no son suficientes para el descanso físico y, sobre todo, psíquico. Necesitamos más tiempo para reponer las fuerzas gastadas, pues no podemos vivir en tensión permanente. Por eso, es un logro social el periodo de vacaciones que la administración y las empresas dan a sus empleados, o que los autónomos se conceden a sí mismos. Bienvenido sea. ¡Y ojalá que un día, todos puedan disfrutarlo!

Sin embargo, es preciso saber descansar. Porque no escasean los que al final de las vacaciones están más cansados que cuando las comenzaron. Un modo muy bueno es aprender a mirar a la naturaleza. Contemplar el cielo en una noche estrellada, observar detenidamente el horizonte de alta mar, saborear un amanecer en el campo o en la playa, dejarse impresionar por las montañas rocosas, etcétera ayuda a recuperar el señorío sobre las cosas y sobre nuestras ocupaciones; incluso ayuda a descubrir a Dios. Porque la creación no está ahí por casualidad sino porque Dios la ha llamado a la existencia y ha derramado sobre ella su sabiduría, poder y belleza, para que el hombre pueda disfrutarla y saborearla. El hombre moderno necesita, más que el de otras épocas, descubrir las maravillas de la creación: su grandeza, su belleza, su fuerza, su bondad.

Un buen libro de literatura, historia, arte o poesía; una obra de teatro, una película o un concierto pueden ser también un buen instrumento para descansar. No es imprescindible que sean religiosos. Lo importante es que sean de calidad y no causen perjuicio a nuestras convicciones y comportamiento morales. De todos modos, la literatura estrictamente religiosa y el arte en sus gamas de arquitectura, pintura y escultura ofrecen un conjunto riquísimo y variadísimo de incomparable belleza. ¡Cuántas personas han encontrado a Dios mediante la lectura de un buen libro!

El cultivo de la amistad es otro ingrediente importante para descansar. Una tertulia entre amigos, un paseo por el bosque, una partida de cartas, en una palabra: el fomento de lo que sirva para estar juntos y contarnos cosas sencillas pero verdaderas de nuestra vida y para escucharnos sin prisas y con atención son un fármaco humano y espiritual de primerísima categoría. ¿No es verdad que estamos juntos poco tiempo y, sobre todo, que hablamos poco y escuchamos menos?

Esto tiene especial vigencia en el caso dela familia. Unasveces por la diferencia de horarios, otras por el cansancio y otras porque la televisión y la radio se han enseñoreado del tiempo que estamos a la mesa o en la sobremesa, lo cierto es que hoy los padres, los hijos y los esposos hablan poco entre sí. Las vacaciones son un momento muy propicio para silenciar la televisión mientras comemos o tomamos un café de sobremesa e interesarnos por los gustos, alegrías o preocupaciones de los demás. ¡Qué fina caridad es todo esto!

Los que son creyentes y practicantes pueden encontrar en las vacaciones un tiempo precioso para hacer lo que quizás no hacemos durante el resto del año: además de ir a la misa del domingo, hacer un poco de oración personal o en familia, peregrinar a un santuario dela Virgenpara encomendarle nuestras necesidades y deseos, y visitar algún enfermo de la familia o anciano que está solo. Lo decía muy bien Benedicto XVI el pasado ocho de julio: “¡En este verano, no pongáis a Dios de vacaciones. Pensad en rezar y en ir a misa los domingos! Quela Virgen María, modelo del corazón que escucha, nos acompañe en nuestros caminos humanos!”

                                                                                                 

                                                                                  (15 de julio de 2012)



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