Son palabras del filósofo Xosé Manuel Domínguez, director del Instituto de la Familia de Ourense. Para él la centralidad de los educadores es incuestionable: «son como la sexta cuerda de la guitarra»: hace vibrar al resto». Con estas palabras, más de 200 personas se dieron cita ayer por la tarde en la primera edición del Congreso de Educadores Cristianos que organiza el obispado de Santander hasta hoy mismo bajo el lema «Yo, sí. Cuenta conmigo». El filósofo gallego ayudó a centrar el encuentro con la identidad del educador cristiano, desgranando su característica principal: haber tenido «experiencia viva de Cristo». El profesor Domínguez participó concretamente en el coloquio con educadores de la escuela pública, la concertada, profesores de Religión y de otras maneras; y les invitó a preguntarse por sus herramientas para mantener la ilusión en «un trabajo» que tantas veces se presenta estresante. Además, les invitó a poner palabras al cómo la fe matiza su modo de desempeñar su profesión como una misión. Tras pedirles a los participantes que recordasen a un educador concreto que hubiera marcado sus vidas., Domínguez aseguro que hay personas que «son como la sexta cuerda de la guitarra»: hacen vibrar al resto al vibrar.
