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Presentación del Señor. Música: «Donde hay caridad y amor», de J. Madurga

PRESENTACIÓN DEL SEÑOR

Obediencia de María y José

Música: «Donde hay caridad y amor», de J. Madurga

Tu_Hijo, Madre, ofrece_a Dios, / cual reconciliación / del mundo con su_Amor.

 

  1. A la ley en obediencia, / con Jesús al templo van: / dos palomas por la Madre, / de pobreza_es la señal; / cinco siclos por el Hijo, / pues se manda rescatar, / recordando primogénitos / que_en Egipto Dios salvar.

 

  1. Se_habla de “purificarse” / la sin mancha_y niño Dios / –son ideas de_ese tiempo–, / ¡qué_humildad la de los dos! / Quien por sí da dos palomas, / es la Madre que_a Dios da, / que_a Dios Hijo_al Padre_ofrece por salvar la_humanidad.

 

  1. Simeón les sale_al paso, / y_al buen Dios confiesa que_es / luz el Niño de las gentes / y la gloria de_Israel. / Ello_admira_a la muy Santa / y también a san José; / y más sienten que presentan / a Quien tales bienes es.

 

  NOTAS

Cf San Juan Pablo II, Audiencia general 11-12-1996.

Ib., «Mientras la Ley exigía solo a la madre la purificación después del parto, Lucas habla de “los días de la purificación de ellos” (Lc 2, 22), tal vez con la intención de indicar a la vez las prescripciones referentes a la Madre y a su Hijo primogénito».

Juan Pablo II, Audiencia general 25-10-1995: «San Bernardo comenta: “Ofrece tu Hijo, Virgen sagrada, y presenta al Señor el fruto bendito de tu vientre. Ofrece por la reconciliación de todos nosotros la Víctima santa agradable a Dios” (San Bernardo, Sermo 3 in Purif., 2: PL 183, 370)».

Benedicto XVI, Audiencia general 28-12-2011: «En lugar de un cordero de un año presentan la ofrenda de las familias sencillas, es decir, dos palomas».

Benedicto XVI, Homilía 2-2-2013: «En su relato de la infancia de Jesús, san Lucas subraya cuán fieles eran María y José a la ley del Señor. Con profunda devoción llevan a cabo todo lo que se prescribe después del parto de un primogénito varón. Se trata de dos prescripciones muy antiguas: una se refiere a la madre y la otra al niño neonato. Para la mujer se prescribe que se abstenga durante cuarenta días de las prácticas rituales, y que después ofrezca un doble sacrificio: un cordero en holocausto y una tórtola o un pichón por el pecado; pero si la mujer es pobre, puede ofrecer dos tórtolas o dos pichones (cf Lv 12, 1-8). San Lucas precisa que María y José ofrecieron el sacrificio de los pobres (cf 2, 24), para evidenciar que Jesús nació en una familia de gente sencilla, humilde, pero muy creyente: una familia perteneciente a esos pobres de Israel que forman el verdadero pueblo de Dios. Para el primogénito varón, que según la ley de Moisés es propiedad de Dios, se prescribía en cambio el rescate, establecido en la oferta de cinco siclos, que había que pagar a un sacerdote en cualquier lugar. Ello en memoria perenne del hecho de que, en tiempos del Éxodo, Dios rescató a los primogénitos de los hebreos (cf Ex 13, 11-16)».

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