Revista Ecclesia » ¿Por qué el nuevo Doctor de la Iglesia, San Juan de Ávila no quiso ser obispo de Segovia?

¿Por qué el nuevo Doctor de la Iglesia, San Juan de Ávila no quiso ser obispo de Segovia?

El día 10 de mayo se celebra en la Iglesia la fiesta de S. Juan de Ávila, patrono del clero secular español. Será también el día en que los sacerdotes segovianos, vendrán para recordar, sus bodas de plata y oro sacerdotales (25 y 50 años de ministerio)

San Juan de Ávila será declarado Doctor de la iglesia en el próximo mes de octubre en Roma. “Con gran gozo quiero anunciar al pueblo de Dios decía el papa Benedicto XVI el 20 de agosto de 2011 durante la memorable Jornada Mundial de la juventud que declararé próximamente a S. Juan de Ávila, presbítero Doctor de la Iglesia universal”.

Pero, ¿quién es San Juan de Ávila, cuál es la actualidad de su vida y de su mensaje, y qué significa que vaya a ser proclamado Doctor de la Iglesia?

Juan de Ávila nació en 1499 ó 1500 en Almodóvar del Campo (Ciudad Real), donde creció y se formó en un ambiente cristiano. Estudió Leyes en la Universidad de Salamanca y Artes y Teología en la de Alcalá, donde, en 1526, recibió la ordenación sacerdotal. Festejó en su pueblo natal su primera misa solemne invitando a los pobres a su mesa y repartiendo entre ellos su cuantiosa herencia.

El Arzobispo de Sevilla cambió los planes de Juan de Ávila mientras este esperaba allí para embarcarse y evangelizar en América. Desprendido, generoso y, sobre todo, enamorado de Dios, vivió desposeído de los bienes materiales y con el corazón lleno de fe y de entusiasmo. Dedicó su vida a la oración, al estudio, a la predicación, a la dirección espiritual y a la formación de los pastores del pueblo de Dios. Para ello fundó una quincena de colegios, precedentes de los actuales Seminarios, y la universidad de Baeza (Jaén). Recorrió pueblos y ciudades de Andalucía, La Mancha y Extremadura. Residió en Granada, donde ya figura con el título de Maestro y como presbítero de la diócesis de Córdoba, permaneció en ella los últimos años de su vida en Montilla donde murió el 10 de mayo de 1569 y donde se veneran sus reliquias.

Juan de Ávila llegó a saberse de memoria casi toda la Biblia, particularmente los Evangelios y las cartas de san Pablo; y de él se ha dicho que fue el mejor intérprete del Apóstol, no solo de su doctrina sino de su espíritu, que copió admirablemente en todos los actos de su vida, llegando a conocérsele por el “San Pablo traducido al español”.

Para la Iglesia Católica solo son treinta y tres los llamados doctores de la Iglesia entre ellos tres mujeres. Dicho título lo otorga el Papa a ciertos santos para reconocerlos como eminentes maestros de la fe para los fieles de todos los tiempos Fue llamado campeón de la verdadera reforma, sol en su ejemplo, luz en sus palabras, fuego en sus escritos, maestro de Santos, Apóstol de Andalucía, director espiritual del siglo de Oro.

San Juan de Ávila, una y otra vez rechaza las ofertas que le llegan para cambiar su residencia de Montilla, con sugerentes ofertas de mitras y capelos, pretextando su frágil salud y longevidad. Ya en otoño de 1536, el arzobispo Gaspar de Ávalos le ofrece la canonjía magistral de Granada que el Maestro Ávila no acepta. Igualmente rechazó el obispado de Segovia y el arzobispado de Granada; así como el capelo cardenalicio, ofrecido por Paulo III, con que Felipe II quería honrarle. En la Capilla de nuestro seminario se bendecirá su imagen y quedara entronizado en el salón que lleva su nombre.

Desde aquí mi felicitación a los sacerdotes y mi lamento de no haber tenido entre mis predecesores al nuevo Doctor de la Iglesia.

+Ángel Rubio Castro – Obispo de Segovia

 



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