Poema para el Adviento 2013, por Francisco Vaquerizo: Todos estaban esperando
Todos estaban esperando.
Estaban esperando los caminos
para sentir el peso
del asno, que traía
a una Virgen a punto de ser Madre.
Estaban esperando los arroyos,
los castillos de corcho,
las montañas de musgo,
las nubes de algodón,
las lavanderas de barro, los molinos
y los camellos del desierto
y los poetas y los músicos
para ocupar el sitio de costumbre
en los belenes navideños.
Estaban esperando las campanas
de todas las aldeas y ciudades
para echarse a los vientos
y proclamar la nueva,
dar la noticia de que ya el Mesías
se hallaba entre nosotros.
Estaban esperando las estrellas
para indicar el sitio
donde se hallaba el Niño.
Y todas las muchachas de Israel
y los hexámetros de Virgilio Marón,
y las águilas imperiales
del Senado romano
también estaban esperando.
Estaban esperando las legiones angélicas
para salir a proclamar al mundo la noticia
y derramar la paz sobre los hombres.
Y los pastores estaban esperando
en su lenta velada de balidos
y lana humedecida
por la lluvia y escarcha
de todos los inviernos terrenales.
Estaban esperando los profetas
y la voz del Bautista tonante en los desiertos.
Y José, el asombroso y asombrado José,
almirante mayor de los caminos,
con la fe enarbolada como un faro antiniebla
contra todas las dudas naturales.
Y María, la Virgen,
la de los sueños claros,
la de las noches plácidas,
la de los maternales rubores inviolados,
alzándose en el filo de los tiempos
sobre el signo que, otrora,
Isaías a Acab había dado.
Estaban esperando todos.
Todo y todos estaban esperando.
(Como tú y yo – nosotros-
estamos esperando ahora,
en esta vigilia permanente,
en este largo adviento que es la vida).
Os deseo un feliz Adviento, Francisco Vaquerizo Moreno

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