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Rincón Litúrgico

Palabras del Resucitado, por Ángel Moreno de Buenafuente

Palabras del Resucitado, por Ángel Moreno de Buenafuente

Si hemos contemplado las preguntas del Resucitado a sus discípulos, y las pocas que ellos hicieron a su Maestro, un tanto atónitos ante lo inesperado de ver y de sentir la presencia viva del Señor, hoy contemplamos las palabras que Cristo dirige a los suyos y, al ordenarlas, encontramos el proceso del camino espiritual.

El punto de partida es la experiencia de fe: «¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas! ¿No era necesario que el Cristo padeciera eso y entrara así en su gloria?» (Lc 24, 25-26). A partir de esta experiencia, viene la percepción de la llamada, y finalmente, el envío y la misión. De alguna forma todos estos pasos se celebran en la Eucaristía.

SALUDOS

La paz de Cristo resucitado no es como la da el mundo: «La paz con vosotros» (Lc 24, 36; Jn 20, 26). « ¡Dios os guarde!» (Mt 28, 9). « No temais. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán». (Mt 28, 10). No es un saludo pasajero, sino que se graba en el corazón, es la experiencia fundante, que después servirá para el discernimiento espiritual. “Tanto en paz, tanto en Dios”, o la memoria de la moción consoladora.

EXPERIENCIA

De manera personal en unos casos – “María”; “Tomás”; “Simón”-, y en otros casos en grupo – a los once-, los discípulos se van convenciendo y teniendo la certeza de que Jesucristo está vivo.
«María». «Rabbuní» – que quiere decir: «Maestro» -. Dícele Jesús: «No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios». (Jn 20, 16-17)

«Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como veis que yo tengo». (Lc 24, 39)

Dice a Tomás: «Acerca aquí tu dedo y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente». (Jn 20, 26-27)

«Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis». (Jn 21, 6) «Traed algunos de los peces que acabáis de pescar». (Jn 21, 10)

LLAMADA

«Sígueme». «Tú, sígueme». (Jn 21, 19. 22)

«Mirad, yo voy a enviar sobre vosotros la Promesa de mi Padre. Por vuestra parte, permaneced en la ciudad hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto». (Lc 24, 49)

ENVÍO – MISIÓN

«Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo». (Mt 28, 18-20). «Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación». (Mc 16, 15).



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