Oración ante la XX Edición de la Copa Mundial de Fútbol
BRASIL (12 DE JUNIO-13 DE JULIO 2014)
Señor y Dios nuestro:Te pedimos que esta vigésima edición de la Copa Mundial de Fútbol a celebrar en Brasil ofrezca al mundo entero un espléndido espectáculo de disciplina y de humanidad, de belleza y de tenaz esfuerzo humano. Que desde los diversos estadios de Río de Janeiro, São Paulo, Porto Alegre o Belo Horizonte o a través de la difusión que del deporte hacen los medios de comunicación social con su notable impacto en la opinión pública, dado que el lenguaje del fútbol es universal podamos tomar conciencia de las grandes potencialidades con que Dios ha dotado al ser humano.
Que las diversas competiciones nos ayuden a apreciar los dones que Dios nos ha dado; y al mismo tiempo los deportistas sobre el césped canten la gloria y la grandeza de la criatura al Creador.
Señor y Dios nuestro: ¡Cómo no darte gracias por haber dotado al cuerpo humano de tanta perfección, por haberlo enriquecido de una gran belleza y de una armonía que se puede expresar mediante el deporte! Que cada tiempo de juego se convierta en gimnasio de sana competición y de perfeccionamiento físico, así como en escuela de formación en los valores humanos y espirituales, medio privilegiado de crecimiento personal y de testimonio en la sociedad de defensa de la cultura del encuentro, la cultura de la verdad y la cultura de la justicia.
Que las diversas competiciones contribuyan al crecimiento de un ámbito adecuado
para el crecimiento humano y espiritual. Que los niños y los jóvenes puedan contemplar en los diversos estadios de fútbol esa capacidad de estimular la competitividad, la valentía y la tenacidad a la hora de perseguir los objetivos, pero evitando cualquier tendencia que desvirtúe la naturaleza al recurrir a prácticas incluso dañinas para el organismo.
Que cada competición sea la bella imagen de la vida donde se refleje la búsqueda de los auténticos valor humanos, y al mismo tiempo metáfora no sólo de los altos ideales éticos y ascéticos, sino también como un medio para la formación del hombre y como componente de su cultura y de su civilización.
Que la fuerza del Espíritu fortalezca a todos los deportistas y tengan la protección maternal de María.
Amén.

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