«Hay gente que se pregunta si realmente sirven las oraciones ante la pandemia de la COVID-19. ¡Sin duda, claro que sirven! El diálogo con Dios nunca es en vano. Dios siempre está con nosotros». Hoy, que se celebra el día de Sant Jordi, el presidente de la Conferencia Episcopal y arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, ha publicado una carta dominical en la que reflexiona sobre la situación actual. Envía el mensaje de que la oración sirve, es necesaria.
Omella asegura que Dios «está presente en la oración silenciosa y también se une a nosotros en los emotivos aplausos de las ocho, que resuenan por doquier». Precisamente, la carta dominical comienza haciendo referencia al aplauso que todos los días se realizan «en todo el país», como «precioso hoomenaje» a aquellas personas en cuyas manos estamos para salir de esta crisis y salvar vidas. Pero los cristianos hacemos un gesto «parecido al de los aplausos: unimos las palmas de nuestras manos para rezar», ha dicho Omella.
En esas oraciones rezamos: «Por los que se han ido y por sus familiares. Por los enfermos. Por los médicos y enfermeras. Por los empleados de los supermercados. Por los transportistas y farmacéuticos. Por todos los que sufren. Por los ancianos. Por todos aquellos que están solos. Por los pobres. Por todos los que ya se han quedado sin trabajo. Por nuestros gobernantes y por su acierto en las decisiones. Por todos aquellos que trabajan intensamente para que salgamos de esta situación…».
El presidente de la CEE recuerda que «estamos en las buenas manos del personal sanitario», y que «no olvidemos que, por encima de todo, estamos y estaremos siempre en las manos de Dios». Por eso, también hace el llamamiento de que «es el momento de cooperar con solidaridad, de ejercer la caridad y de vivir en fraternidad».
