El presidente de la CEE y arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, expresa hoy su preocupación no solo por las consecuencias sanitarias de la epidemia, sino por todas aquellas personas que han perdido su trabajo y están en situación de vulnerabilidad, a las que ha prometido «apoyo humano y económico» de la Iglesia. En su carta dominical de hoy, titulada «multipliquemos la caridad», Omella se acuerda «de todas las familias que están confinadas debido a la pandemia. Rezo por tantos padres y madres que estos días tratan de conciliar sus ocupaciones laborales con el cuidado de sus hijos. Algunos lo hacen recluidos en casa, gracias al teletrabajo». «Pero hoy quiero dirigir una mirada muy particular a tantísimos otros hogares en los que el problema no es solo la conciliación familiar, sino cómo sobrevivir a la situación de angustia y desazón provocada por la pérdida del trabajo durante esta pandemia», añade el prelado.
Además, advierte que «esta angustia aún se acentúa más cuando la situación de paro no es nueva sino anterior a la actual parálisis económica». «A esas familias más vulnerables -añade-, que sufren severamente las consecuencias económicas producidas por esta crisis sanitaria, los cristianos y toda la sociedad no las podemos dejar solas». «Van a contar siempre con nuestra oración y nuestro apoyo humano y económico», subraya Omella, implicado estos días en las tareas de Cáritas, que, recuerda, estos días ha multiplicado por tres las demandas de ayuda que recibe por parte de personas necesitadas. «Lejos de reducirse, se estima que esta demanda irá incrementándose. Por ello, esta entidad social de la Iglesia ha iniciado una campaña que pretende ‘multiplicar por tres’ las donaciones que recibe», informa el arzobispo, que asegura que “muchas más familias necesitan hoy nuestra ayuda».
Omella hace suyas las preguntas que recientemente escribió el Papa Francisco: «¿Seremos capaces de actuar responsablemente frente al hambre que padecen tantas personas, sabiendo que hay alimentos para todos? ¿Estaremos dispuestos a cambiar los estilos de vida que sumergen a tantos en la pobreza, promoviendo y animándonos a llevar una vida más austera y humana que posibilite un reparto equitativo de los recursos?».
En este contexto, Omella explica que la CEE ha invitado a sacerdotes y obispos «a donar una parte de nuestro sueldo a instituciones como Cáritas, Manos Unidas y tantas otras entidades de la Iglesia o civiles que están trabajando y van a trabajar muy activamente para complementar la acción de las administraciones públicas».
