El arzobispo de Barcelona y presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, ha condenado el atentado cometido ayer viernes, 8 de octubre, en una mezquita chií de Afganistán, que ha dejado al menos ochenta muertos.
«Estaban rezando. Que sus asesinos sepan que cuanto más dolor causen, más rezaremos por un mundo en que todos podamos vivir como hermanos en paz y fraternidad. Pido a Dios por sus almas y sus familiares», ha afirmado el cardenal turolense a través de la red social Twitter.
La masacre fue cometida por un terrorista suicida en la mezquita Gozar-e Sayed Abad de la ciudad de Kunduz, al norte del país. El ataque fue posteriormente reivindicado por el Estado Islámico. Los heridos superan el centenar. La comunidad chií representa en torno al 10% de la población de Afganistán. Casi todos sus miembros pertenecen a la etnia hazara, perseguida tanto por los talibanes como por el Estado Islámico.
Este último grupo fue también el autor de la terrible masacre cometida el 26 de agosto en las inmediaciones del aeropuerto de Kabul, en la que murieron unas 170 personas.
