Nirmala Santhiyagu, de la congregación de las Misioneras de San Pedro Claver, es de la India y tiene 35 años. En la actualidad estudia en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz gracias a una beca del CARF (Centro Académico Romano Fundación), fundación que busca una sólida preparación a nivel teológico, humano y espiritual de religiosos de todo el mundo —especialmente sacerdotes y seminaristas—. Gracias a la entrevista de Gerardo Ferrara, podemos conocer más de cerca la historia de Nirmala y la realidad del catolicismo en el subcontinente asiático.
«Estudié en una escuela católica dirigida por monjas donde aprendí que todos somos hijos de Dios y no importa la casta o el credo»
Santhiyagu está cursando sus estudios en comunicación social e institucional. Desde su congregación le pidieron que adquiriese competencias en este ámbito para poder apoyar al equipo que está trabajando en la diócesis de Indore.
«Es una época muy difícil en todo el mundo, debido también a la emergencia de la covid-19 pero creo que este tipo de estudios es interesante y al mismo tiempo desafiante».
Ferrara le pregunta por el papel de la familia para el crecimiento de la fe en un país tan complejo como es la India. «Cuando yo era pequeña no era tan difícil como en nuestro tiempo. Había una coexistencia pacífica y muy edificante entre diferentes religiones. Hoy en día, las influencias políticas del nacionalismo hindú no dejan de afectar a otros grupos étnicos o con un credo diferente. En mi caso, tuve la suerte de tener unos padres muy amorosos que se preocuparon de que creciéramos en la fe cristiana siguiendo sus valores morales. Los miembros de mi familia jugaron un papel vital en la formación de mi fe ya que siempre me animaron a participar en las clases de catecismo dominical y en todas las actividades que se llevaban a cabo en nuestra parroquia».
Según cuenta esta hermana de San Pedro Claver, aunque en la India hay más de 28 millones de bautizados, el porcentaje es minoritario respecto al hinduismo o al Islam. Sin embargo, su presencia —tal y como demuestra día a día la labor de las Hijas de la Caridad de santa Teresa de Calcuta— es encomiable en el ámbito de la atención médica y la educación; especialmente en los dalits, los últimos en el sistema de castas que rige, todavía hoy, el sistema estamentario de la sociedad India.
Nirmala Santhiyagu, no ha querido obviar la pregunta del entrevistador a propósito del papel de la mujer en este país. «La inferioridad de la mujer estaba codificada por el Código Manu desde hace muchos siglos: durante la infancia era propiedad del padre, en la adolescencia del marido y, en caso de fallecimiento del marido, propiedad del pariente varón más cercano. Este antiguo modelo es particularmente importante porque subyace a las opresiones antiguas y nuevas. De hecho, aunque la condición de la mujer ha mejorado, esta tradición aún está profundamente arraigada en todo el país».
Las actividades misioneras de las Hermanas de San Pedro Claver en países de misión como India o Vietnam se fundamentan en la cooperación con las actividades pastorales diocesanas en la formación espiritual de niños y jóvenes; ayudando en la educación de los más vulnerables, despertando la conciencia misionera entre los fieles.
