Bernardo Álvarez, acompañado por los párrocos, tuvo la oportunidad de hacerse presente el sábado en algunos enclaves de Chipude y Valle Gran Rey, escuchando los testimonios de sus habitantes y comprobando la situación en la que habían quedado casas, fincas y, en general, el medio natural tras el paso de las llamas.
El obispo, además, celebró la Eucaristía en Arure, el Santuario de Los Reyes y la parroquia del centro de Valle Gran Rey.
El 19 de agosto, domingo, monseñorÁlvarez se hizo presente en el centro tutelado de mayores y presidió la Misa en la parroquia de Vallehermoso y en la de Chipude. Igualmente se acercó a visitar a los vecinos de Imada y otros lugares afectados por el incendio.
El prelado nivariense ha pedido fe y fortaleza para todos los habitantes, en especial para los afectados por pérdidas en sus bienes, al tiempo que elogió la solidaridad y la ayuda mutua que durante y después de estos hechos se ha evidenciado en toda la isla y fuera de ella.
Se da la circunstancia que Bernardo Álvarez era párroco de Agulo y Hermigua en 1978, cuando Valle Gran Rey sufrío otro gran incendio en similares zonas.
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