«Los obispos sin vuestra ayuda no somos nada. Vamos a trabajar en equipo. Aquí me tenéis: para servir a Dios y para serviros a vosotros en su nombre, con su ayuda, y contando también con la vuestra». Así ha concluido monseñor Juan Antonio Aznárez este domingo, 9 de enero, su primera homilía como arzobispo castrense. El prelado, obispo auxiliar de Pamplona y de Tudela hasta su nombramiento el pasado 15 de noviembre para este nuevo servicio, ha estado acompañado por más de 25 obispos y arzobispos —algunos de ellos, como el secretario general de la CEE, Luis Argüello, o el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, participaron ayer también en la toma de posesión de monseñor Retana como obispo de Ciudad Rodrigo—, y un nutrido grupo de capellanes y sacerdotes. Entre los presentes, los cardenales residentes en Madrid: Carlos Osoro (arzobispo titular), Antonio María Rouco (arzobispo emérito) y Carlos Amigo (arzobispo emérito de Sevilla). La ceremonia ha tenido lugar en la iglesia catedral de las Fuerzas Armadas. A ella han asistido, entre otras autoridades militares, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa y los Jefes de Estado Mayor del Ejército de Tierra, de la Armada y del Ejército del Aire. La delegación del ministerio de Defensa ha estado encabezada por la subsecretaria María Amparo Valcarce.
Recuerdo de monseñor Del Río
Antes de hacerle entrega del báculo, el nuncio apostólico en España ha saludado y felicitado al nuevo arzobispo. «Don Juan Antonio, reciba mi más cordial enhorabuena, le aseguro mi oración en la misión que el Señor le confía. Le encomiendo muy especialmente a la maternal intercesión de la Inmaculada Concepción, patrona de la noble nación española. Ella le animará en sus empeños por fortalecer en su cometido generoso y altruista al servicio del bien común y de la paz, a los ejércitos de Tierra, Mar y Aire y demás fuerzas del Estado», le ha dicho. Monseñor Bernardito Auza ha recordado también al arzobispo Juan del Río, predecesor de monseñor Aznárez en la jurisdicción, fallecido por covid-19 el 28 de enero de 2021 y a quien el ministerio de Defensa ha concedido a título póstumo la Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco, reconociendo así «su labor llena de humanidad, inteligencia y generosidad». El nuncio, por último, ha agradecido el servicio prestado desde entonces como ordinario a Carlos Jesús Montes Herrero.

Llevar la justicia con delicadeza, respeto y ternura
En su homilía, el nuevo arzobispo ha comentado las escrituras dominicales y ha manifestado que la justicia de Yahve, de la que estas hablan hoy, supone «curar, cuidar, acompañar, acoger y salvar», pero «no de cualquier manera, no atropellando, avasallando o imponiendo», sino actuando «con delicadeza, con respeto y con ternura».
El bautismo —ha dicho— nos sumerge en la vida de Dios. «Cuando nos bautizamos nos sumergimos en la vida de Dios y salimos chorreando vida, y vida abundante».
Tenemos que preguntarnos —ha insistido— si nuestro bautismo está activado o no. Y eso se nota en los frutos. «Si son frutos de paciencia, comprensión, bondad, magnanimidad, perdón y alegría, el bautismo está trabajando en nosotros, está activo. Por el contrario, si son de murmuración, de violencia —física, psicológica o verbal—, de manipulación, de envidia o de tristeza, hay que hacer algo, tenemos que activar nuestro bautismo. Y la palabra de Dios, los sacramentos, la oración y la comunidad —el grupo de fe— son los mejores medios para que vayan naciendo en nosotros con naturalidad los mismos sentimientos de Cristo Jesús».
Nombramientos
A la conclusión de la ceremonia, el nuevo arzobispo ha nombrado a su Consejo Episcopal. Carlos Jesús Montes Herrero será el vicario general y Francisco Javier de la Vega Fernández, el vicario episcopal del ministerio de Defensa. Completan el Consejo: Miguel Ángel García Arteaga (vicario episcopal del Ejército de Tierra), Jesús María Pérez Martín (vicario episcopal de la Armada), José Obrador Castro (vicario episcopal del Ejército del Aire), Víctor Jesús Hernández Rodríguez (vicario episcopal de la Guardia Civil) y Jesús Ángel Aguilera Pérez (vicario episcopal del Cuerpo Nacional de Policía).
Sacerdote desde 1990 y obispo desde 2012
Juan Antonio Aznárez Cobo nació el 14 de enero del año 1961 en Eibar (Guipúzcoa) aunque su familia se instaló en Tudela (Navarra) cuando él tenía 13 años. Estudió en el seminario mayor de Pamplona y fue ordenado sacerdote en Tudela el 27 de octubre de 1990. El Papa Benedicto XVI lo nombró obispo auxiliar de la archidiócesis de Pamplona y de Tudela el 9 de enero de 2012, recibiendo la consagración episcopal en la catedral de Pamplona el 9 de septiembre de ese mismo año. En la Conferencia Episcopal ha sido miembro de la Comisión de Apostolado Seglar y de la Subcomisión para la Familia y la Defensa de la Vida, formando parte desde 2017 de la de la Liturgia.
