“Rosa cuyo cáliz forman los murcianos con los tiernos pétalos de sus corazones”. Abrazada por este “cáliz de murcianos” -como reza el himno de la Fuensanta- “la Morenica” regresó ayer a su Santuario en su tradicional romería, que este año ha superado las cifras de otros anteriores, con la multitud de fieles que han querido acompañar a su Patrona. Ayer, en toda Murcia se respiraba el perfume de María.
Antes de la romería, se celebró en la Catedral de Murcia una Eucaristía a las siete de la mañana, presidida por el Obispo de la Diócesis de Cartagena, Mons. D. José Manuel Lorca Planes y concelebrada por decenas de presbíteros. En esta Misa participaron varias autoridades municipales, junto a los numerosos feligreses que quisieron ofrendarse a Jesús en la Sagrada Comunión, bajo la mirada de Nuestra Señora.
En su homilía, Mons. Lorca Planes invitó “a pedirle al Señor la fuerza para afrontar las limitaciones”, ya que “cada día que te levantas, tienes que vivir con lo que eres y tienes”. De la misma forma, el Sr. Obispo animó a elevar la mirada al Cielo para solicitar a Dios lo que necesitamos, asegurando que “Él estará atento y nos lo concederá”. Minutos antes de comenzar la peregrinación, el Pastor Diocesano recordó que la Romería no se reduce al día de ayer, sino que “todos los días hay que caminar”. Haciendo eco de las bellas palabras de “El Cantar de los Cantares”, el Sr. Obispo ensalzó las gracias con que Dios ha colmado a la Santísima Virgen. En su plegaria, no faltó la oración por la Iglesia, el Santo Padre y las necesidades de todos los murcianos.
Concluida la Eucaristía, la Fuensanta abandonó el templo catedralicio. En la Plaza Belluga, miles de personas la esperaban, aplaudiéndola y piropeándola, al tiempo que le dirigían íntimas súplicas pidiéndole intercesión. La Virgen continuó en procesión hasta la iglesia de Ntra. Sra. del Carmen, donde fue recibida con una lluvia de pétalos de rosas, que completaron los adornos de su corona y su manto. Desde allí, la romería continuó hasta el Santuario de la Fuensanta, haciendo de este camino una oración, compuesta por los corazones de los murcianos, abiertos a acoger el consuelo, la esperanza, la alegría, la paz y el amor de una Madre que, ayer, les colmó de gracias y bendiciones.
Cristina Abbad Luengo
Delegada de Medios de Comunicación

Añadir comentario