«Compartiendo el viaje» era lema de la cabecera de la marcha solidaria Organizada por Cáritas Diocesana de Madrid, la Mesa por la Hospitalidad y la Comisión de Ecología Integral, que se celebró en Madrid el pasado 28 de septiembre. Esta manifestación ha atravesado en silencio las calles de Madrid reivindicando una acogida digna para los refugiados y personas de origen migrante. El cardenal Carlos Osoro, recibió y bendijo a sus participantes y subrayó que «todos los hijos de Dios son nuestros hermanos». La marcha, junto a migrantes y refugiados, partió desde la catedral de la Almudena hasta la basílica de Jesús de Medinaceli, donde el obispo auxiliar, José Cobo, explicó que la imagen de Jesús «es reflejo de la vida de nuestra gente y nuestro mundo. Es espejo donde podemos ver a tantos hombres y mujeres que han recorrido ese mismo camino: Cristo siempre acoge y encarna la vida de sus hermanos»
Cobo quiso destacar que con esta marcha se visibiliza «y también se nos recuerda que este camino se recorre juntos por la senda que Cristo ha abierto; un camino en el que el Papa está la cabeza». «No queremos las sendas que llevan a construir muros. La Iglesia con este Cristo que ha atravesado fronteras no reconoce los muros que matan a las personas y que aíslan a otros en una injusta seguridad, mientras condenan a muerte a los que padecen las consecuencias del tipo de vida que llevamos. La Iglesia es puente porque no somos una Iglesia en esta parte del mundo y otra Iglesia en otra parte. Es la única Iglesia que camina aquí y allí con Cristo humillado a la cabeza aquí y allí», matizó el obispo auxiliar.
Además, aprovechó la ocasión para reclamar «un plan integral de acogida» y explicó que «si pedimos a los inmigrantes que entren ordenadamente y con regularidad, hemos de organizar la acogida legalmente. Si cerramos puertas otros arbitran puertas traseras de la injusticia y que engordan nuestro sistema de vida, donde queremos globalizar todo menos la responsabilidad. Necesitamos un plan integral de acogida a todos los niveles desde el europeo al nacional. Un Plan que desarrolle los pactos globales, que impulse la Iglesia y que fluya en torno a las acciones de acoger, proteger, promover e integrar», concluyó.
