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Manos Unidas, un mundo nuevo y Jesucristo, por el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro

Manos Unidas, un mundo nuevo y Jesucristo, por el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro , ante la 55 Campaña contra el Hambre

Monseñor Carlos Osoro comienza su carta semanal, hoy bajo el título “Con Jesucristo podemos hacer un mundo nuevo” afirmando que “el hambre no depende únicamente de las situaciones diversas geográficas, climáticas o de cualquier circunstancia que surja con aires desfavorables de las cosechas. El hambre también viene provocada por el hombre mismo.

“Hay tantas situaciones –añade– que provocan la muerte del hombre que debemos de estar atentos también hoy a la pregunta que sigue haciéndonos el Creador: “¿dónde está tu hermano?”. Que, hoy, tendría también esta traducción: ¿cómo está tu hermano? Sin lugar a dudas, nuestros egoísmos, que tienen traducciones muy diversas, hacen posible que pasemos por la vida sin hacernos estas preguntas. Pero la especulación a costa de lo que sea, el olvido de que todo hombre es mi hermano, de que el mundo lo ha creado Dios para que vivamos todos los hombres como hermanos y con la dignidad que Dios nos ha regalado, lo mismo que una organización social deficiente, hacen posible que existan seres humanos que no tengan lo necesario para vivir”;

Hablando de la Campaña de Manos Unidas, organización de la Iglesia, que se ha propuesto desde su nacimiento, ayudar a cambiar este mundo, señala que “el grito de Manos Unidas este año es que hay que eliminar y sacar la pobreza crónica que afecta a dos mil millones de personas; que hay que eliminar el individualismo. Y una manera de retirarlo es dejar nuestra comodidad y nuestros intereses personales y ocuparnos de los demás siempre. Otra, eliminar de este mundo la ley del más fuerte que continuamente engendra violencia y falta de paz. Una más, realizar una opción por el bien común que es, precisamente, lo que crea una confianza en lo más profundo del corazón del ser humano para saber experimentar que se pueden cambiar las cosas siempre y cuando nos impliquemos en ello? La fuerza que tienen para nosotros las palabras de Nuestro Señor Jesucristo y la manera en que Él mismo las hizo realidad son tan evidentes y necesarias que nos acogemos a ellas: “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis los unos a los otros. Que, como yo os he amado, así os améis también vosotros los unos a los otros. En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros”  Y esto nos pidió el Señor que lo extendiésemos a todos los hombres. Precisamente por eso, cuando se devalúa este mandato del Señor, se devalúan valores que son fundamentales en las personas y en las instituciones, prevalece el subjetivismo y el individualismo crece, se genera una despreocupación y un desinterés por el bien común. En definitiva, dejamos de construir un mundo nuevo, ese Reino que ha comenzado con Jesucristo que es la expresión verdadera de lo nuevo”.

“Creemos –escribe el arzobispo valenciano– en la fuerza que tiene el Evangelio para cambiar el corazón de los hombres, de tal manera que el mandato del amor, que ha sido una gracia que el Señor ha puesto en nuestra vida con su Vida, cuando lo vivimos, nos hace ofrecer todo lo que somos y tenemos a disposición de los demás, muy especialmente de quienes tienen menos. La Campaña contra el hambre que viene desarrollando Manos Unidas desde su nacimiento tiene cada día más vigencia y más fuerza”.

Monseñor Carlos Osoro termina su carta invitando a colaborar con la campaña de Manos Unidas, campaña  que mira más allá de nosotros mismos.

Lo que colabore la Archidiócesis de Valencia tiene un destino muy concreto en proyectos en Ecuador, Guatemala, Nicaragua, Perú, Benín, Camerún, Malawi, Marruecos (con dos proyectos: taller de costura y centro de migraciones), Mauritania, Sudán, Togo, Bangladesh, India (cinco proyectos: sanitario, hogar padres con SIDA, ampliación de una escuela de educación especial, viviendas para viudas e internado para niñas).

“Es verdad que todos lo estamos pasando mal. Pero hay quienes lo pasan peor. Hoy más que nunca, ante las crisis que nos afectan también a nosotros, tiene que existir solidaridad y cooperación. Prestemos atención a las necesidades de los demás, son nuestros hermanos más débiles, luchemos contra el hambre y la desnutrición. Cooperemos en crear un espíritu de justicia, armonía y paz entre todos los hombres”, concluye monseñor Osoro.

Por Antonio DIAZ TORTAJADA
Sacerdote periodista



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