El secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, ha indicado esta mañana que «es necesaria una campaña global contra el virus», «por fraternidad, pero también por propio interés». En un tuit publicado a las 11.11 horas de hoy, el también obispo auxiliar de Valladolid asegura que «el virus no respeta las fronteras» y «las banderas o las banderitas» tampoco ofrecen una respuesta global.
La pandemia nos muestra que la tierra es hogar y la humanidad familia. El virus no respeta las fronteras, pero las banderas o las banderitas, no quieren ofrecer una respuesta global. Por fraternidad, pero también por propio interés, es necesaria una campaña global contra el virus
— Mons. Luis Argüello (@MonsArguello) August 9, 2021
Al menos un 10% de la población mundial
Estas palabras se enmarcan en un momento en que la Organización Mundial de la Salud ha pedido a los países más ricos que pospongan la administración de la tercera dosis de la vacuna contra el coronavirus al menos hasta septiembre, para garantizar que haya suficientes dosis para vacunar a la población de los países más pobres. El objetivo, según explicó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, es que para septiembre esté vacunado al menos el 10% de la población de todo el mundo.
«A pesar de que cientos de millones de personas siguen esperando su primera dosis, algunos países ricos tienen previsto administrar dosis adicionales», explicó Ghebreyesus, «entiendo la preocupación de los gobiernos por proteger a sus poblaciones de la variante Delta, pero no podemos aceptar que países que ya han agotado la mayor parte del suministro mundial de vacunas utilicen aún más, mientras que las personas más vulnerables del mundo siguen desprotegidas».
De hecho, mientras muchos países recién están arrancando con las campañas de vacunación, varios ya están planeando terceras campañas de refuerzo: Israel comenzó a administrar el «refuerzo» el domingo pasado, Alemania lo anunció para septiembre, Gran Bretaña planea hacerlo pronto, mientras el debate sobre la tercera inyección se mantiene en muchos países occidentales, como España.
