Los obispos de Colombia lanzan un nuevo llamado a seguir el camino del diálogo en busca de acuerdos que lleven a superar este difícil momento que afronta el país. «Ratificamos que el diálogo es la forma más adecuada de reconocer lo que siempre debe ser afirmado y respetado en la sociedad; escuchar, comprender y responder eficazmente a las peticiones de quienes han recurrido al derecho de protesta pacífica, y construir juntos la reconciliación y la paz a la que aspiramos», reza el comunicado de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC).
El mensaje está firmado por Óscar Urbina Ortega, arzobispo de Villavicencio y presidente de la CEC; Ricardo Tobón Restrepo, arzobispo de Medellín y vicepresidente de la CEC; y por Elkin Fernando Álvarez Botero, obispo de Santa Rosa de Osos y secretario general de la Conferencia Episcopal de Colombia. Los obispos aprecian el progreso que se ha logrado entre el gobierno y el Comité Nacional de Huelga, así como los resultados logrados por el diálogo a nivel regional y local. De igual forma, insisten en que, a pesar de las diferencias que puedan surgir entre las partes, perseveren en el diálogo y busquen pacíficamente el consenso para una completa negociación. «El verdadero diálogo es la búsqueda del bien por medios pacíficos, y requiere paciencia y confianza; es la voluntad decidida de recurrir a todas las fórmulas de negociación posibles, procurando siempre que los factores de acercamiento prevalezcan sobre los de división u odio».
Los obispos subrayan el dolor y la pobreza que están dejando tras de sí estos focos de violencia en el país y expresan su solidaridad y cercanía a todas las víctimas. Finalmente, alientan a toda la comunidad católica a orar, suplicando a Dios la sabiduría de quienes tienen el poder en sus manos para llegar a una pronta negociación para terminar con esta crisis que atraviesa la nación.
El Papa Francisco volvió a expresar su preocupación por Colombia en el Regina Coeli en la solemnidad de Pentecostés, donde lanzó un llamado a orar por el país latinoamericano: «Rezo para que el querido pueblo colombiano sepa acoger los dones del Espíritu Santo, para que a través de un diálogo serio puedan encontrar soluciones justas a los muchos problemas que sufren especialmente los más pobres a causa de la pandemia».
La sede de la CEC acoge las mesas de diálogo
En la jornada de ayer, en la sede de la Conferencia Episcopal de Colombia, tuvo lugar una reunión de los miembros de la Coalición de la Esperanza con los facilitadores por parte de la Iglesia Católica y las Naciones Unidas en los diálogos entre el Gobierno y el Comité Nacional de Paro, para plantear posibles salidas a la crisis social que atraviesa el país desde hace varias semanas.
Así, junto con Héctor Fabio Henao Gaviria, director del secretariado nacional de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), estuvo Carlos Ruiz Massieu, jefe de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, estuvieron. Henao Gaviria resaltó la presencia de los miembros de la Coalición de la Esperanza e informó que tanto él como Ruiz Massieu, en su condición de facilitadores de los diálogos, se han reuniendo con distintos sectores de la sociedad para fortalecer el sentido de unidad en torno al propósito urgente de superar la situación lamentable que aqueja hoy al país.
«Esta visita es muy importante porque me parece que hoy todos como nación nos debemos unir. Hay que hacer un ejercicio de unidad de la nación colombiana en torno a los grandes propósitos de superación no solo de una crisis transitoria, sino colocarnos ante el propósito de una construcción de país común en el que las distintas posiciones puedan ser escuchadas y puedan ser integradas», declaró.
Afirmó, además, que cada persona tiene una dignidad y un aporte que hacer al país y esto se está perdiendo en Colombia. «Es necesario recuperar el sentido de humanidad en profundidad, esto significa recuperar el reconocimiento de la dignidad de cada ser humano. El país lo necesita. La polarización lo único que hace es destruir sentido de humanidad y destruir la capacidad de vernos como seres humanos».
A día de hoy la tensión crece sabiendo que las nuevas convocatorias a la manifestación tendrán lugar los días 26 y 28, paralizando de vuelta el país en lo que la covid-19 sigue campando a sus anchas causando cerca de 500 muertes diarias.
