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Opinión

A lo que va a Suecia el Papa Francisco, en un viaje histórico

A lo que va a Suecia el Papa Francisco, en un viaje histórico

 «Juntos en la esperanza» es lema, el Papa Francisco visita Suecia los días 31 de octubre y 1 de noviembre, en un viaje de marcado carácter ecuménico

Jesús de las Heras Muela

El Papa Francisco participará el lunes 31 de octubre en una conmemoración del quinientos aniversario de la reforma luterana. Dicha conmemoración será en la ciudad sueca de Lund y Francisco será acompañado, en la presidencia del correspondiente acto, por el presidente y por el secretario general de la Federación Luterana Mundial. Francisco continuará su estancia en Suecia en la mañana del día 1 de noviembre, solemnidad de Todos los Santos, con encuentros con la escuálida y hasta heroica comunidad católica.

Las singulares periferias de Suecia

Décimo séptimo viaje internacional del Papa Francisco. Y de nuevo, las periferias como destino. Pero esta vez no solo en las periferias geográficas para nuestros contornos. Esta vez no en periferias existenciales de pobreza (Suecia se sitúa entre las veinte naciones con mayor renta per cápita de la tierra), aunque sí de inmigración en situaciones no siempre ideales.

Pero esta vez sí periferias eclesiales en pos de la unidad de los cristianos (Suecia fue cristianizada en el siglo XI y en 1530 se adhirió al protestantismo), en una visita apostólica, mediante la cual católicos y luteranos, con el Sucesor de Pedro (san Juan Pablo II viajó a los cuatro países escandinavos más Islandia del 1 al 10 de junio de 1989) al frente van a conmemorar los 500 años del comienzo de la reforma luterana. Es una conmemoración que busca servir a la unidad y que anticipa en un año la fecha exacta del inicio de la reforma de Martín Lutero (catedral de Wittenberg o iglesia palatina de esta ciudad alemana en las orillas del Elba, 31 de octubre de 1517, cuando Lutero clava las célebres 95 tesis de su protesta).

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Itinerario ecuménico y católico

El Papa Francisco saldrá a las 8:20 horas del lunes 31 de octubre del aeropuerto romano de Fiumicino y llegará a las 11 horas al de Malmö, donde tendrá lugar la acogida oficial y un encuentro con el primer ministro sueco. A las 13:50 horas, hará una visita de cortesía a la familia real de Suecia en el Palacio Real Kunghuset en Lund. A las 14:30 horas participará en la oración ecuménica común en la catedral luterana de Lund, donde pronunciará una homilía, y a las 16:40 horas en el evento ecuménico en la Malmö Arena pronunciará un discurso, para encontrarse posteriormente con las delegaciones ecuménicas, a las 18:10 horas, siempre en la Malmö Arena.

La conmemoración del quinto centenario de la Reforma en la Malmö Arena contará con  testimonios que se alternarán y donde una joven de la India, un sacerdote colombiano, una mujer burundesa, una refugiada de Sudán del Sur y el obispo católico de Alepo harán visible también el compromiso común en la solidaridad a través de las iniciativas de «Caritas internationalis» y el «World service» de la Lwf (Federación Luterana Internacional).

El martes, 1 de noviembre, solemnidad de Todos los Santos, a las 9:30 horas, celebrará la eucaristía en el Swedbak Stadion de Malmö, acabada la cual se trasladará al aeropuerto de esa ciudad, donde tendrá lugar la despedida oficial. Desde allí, a las 12:45 horas emprenderá el vuelo de regreso a Roma donde su avión aterrizará a las 15:30 horas.

1,15% de católicos en Suecia

Suecia tiene una superficie de 449.964 km2 y una población de 9.851.000 habitantes, de los que 113.000 son católicos, es decir, el 1,15% de la población. Hay una circunscripción eclesiástica, 44 parroquias y 22 centros pastorales. Los obispos, al 15 de octubre de 2016, eran dos; los sacerdotes 144; las religiosas son 235 y los religiosos 17, los catequistas 419 y hay un miembro de instituto secular. Los seminaristas son 15. La Iglesia cuenta con 2 escuelas maternales y de primera enseñanza y con 3 escuelas de enseñanza media.

Por lo que concierne a los centros caritativos y sociales de propiedad de la Iglesia o que son dirigidos por eclesiásticos o religiosos, en Suecia hay 2 hogares para ancianos, inválidos o discapacitados.

Suecia ha sido un país muy acogedor con la inmigración latinoamericana, singularmente la de matriz político, que huía de las dictaduras del continente. Al efecto, existe una misión católica de lengua hispana en el país.

Un logo cristocéntrico

Cristo está en el centro de todo: de la cruz y del banquete al cual están llamados todos los pueblos de la tierra. Este es el motivo inspirador de la imagen del logotipo de la visita papal, obra del artista salvadoreño Christian Chavarría Ayala.

En la cruz está representado Dios uno y trino, creador y reconciliador. En la base, las manos divinas tienen juntas todas las cosas creadas. Jesucristo, palabra de Dios, que se hace presente en la eucaristía, es el culmen de toda la vida. Él sostiene toda la creación y renueva la vida del hombre con su muerte y resurrección. El viñedo y la vid representados simbolizan a Cristo y al pueblo de Dios. La paloma que se ve en tres partes representa el Espíritu Santo. Es la certeza de que la obra de salvación de Dios continúa expresando su potencia en cada tiempo y situación, según la promesa divina. La fuente bautismal además simboliza el agua viva que regenera al hombre y lo inserta en el cuerpo de Cristo, en la comunión de los santos.

La eucaristía manifiesta la comunión visible de la Iglesia. Jesucristo, en el centro del banquete, se ofrece como nutrimento para el viaje, para reforzar la unidad y reconciliar a todas las personas derribando los muros de división. La cruz representa el más profundo deseo de una eucaristía compartida.

Claves y alcance

Esta es la esencia de la noticia, noticia de indudable calado y trascendencia, y los datos principales de acercamiento a este viaje, sin duda, histórico. ¿Cuáles son las claves para su, a nuestro juicio, correcta interpretación y valoración? En primer lugar, es preciso subrayar, una vez más, que la unidad de los cristianos es una cuestión apremiante y prioritaria, que requiere conversión del corazón, oración, diálogo, humildad, encuentro y también gestos y testimonios.

El camino de la unidad solo se hace caminando y en el camino –como repite Francisco con intuición y acierto- comienza ya la unidad. Por ello, solo cabe recibir y saludar esta decisión del Papa con alegría, satisfacción y esperanza.

Francisco sigue, de este modo, adentrándose por la misma senda de signos y de gestos ecuménicos que nuestra Iglesia y la entera cristiandad llevan realizando desde el Concilio Vaticano II. Y la audacia de estos gestos no se contrapone con la prudencia cuando, a protocolos, proporcionalidades, cuotas de representatividad y demás parámetros mundanos, lo que es antepone es el servicio, la contribución a la unidad desde la verdad y desde el amor.

Todavía en el Año de la Misericordia

La conmemoración de Lund tendrá lugar el 31 de octubre de 2016, esto es, todavía en el Año Jubilar de la Misericordia. Y estamos convencidos de que ha sido Francisco quien ha elegido la fecha -concretamente el año- para visibilizar que igualmente en materia ecuménica hay que predicar, sí, pero también dar trigo… Y todo lo que conduzca, en este caso, a la reconciliación y la unidad es obra, ejercicio, manifestación y fruto de la misericordia.

Es asimismo importante ahondar más en la fecha elegida -31 de octubre de 2016- por otro motivo, a nuestro parecer, muy significativo. Fue el 31 de octubre, sí, pero no de 1516, sino de 1517 cuando el teólogo y fraile agustino alemán Martín Lutero clavó las 95 tesis de su protesta –de ahí, el nombre de “Protestantismo” y el germen, el sustrato de la reforma luterana- en las puertas de la iglesia palatina de Wittenberg. Esto es, Francisco participará en una conmemoración de la Reforma un año antes del quinientos aniversario de la misma. Y, además, repitamos, en el Año de la Misericordia.

Grandes pasos hacia la unidad desde 1999

Esta conmemoración resaltará asimismo, como ha destacado la Santa Sede, «los sólidos progresos ecuménicos entre católicos y luteranos y los dones recíprocos surgidos del diálogo. Del evento formará parte una celebración común basada en la guía litúrgica católico-luterana «Common Prayer» («Oración común»), publicada recientemente». Y se insertará en el camino de los acuerdos logrados, en materia teológica, entre la Iglesia católica y la Federación Luterana Mundial como la «Declaración conjunta sobre la  doctrina de la Justificación» de 1999 y el documento de estudio, de 2013, «Del conflicto a la comunión». Y es que precisamente este documento es el primer intento, por ambas partes, de describir juntos la historia de la Reforma y de sus intenciones. «Del conflicto a la comunión» presenta, además,  los temas de  acción de gracias, arrepentimiento y compromiso de testimonio común, con el fin de expresar los dones de la Reforma y pedir perdón por las divisiones que siguieron a las disputas teológicas.

En este sentido, bueno será recordar que el decreto del Concilio Vaticano II –uno de sus textos más emblemáticos- sobre el ecumenismo Unitatis redintegratio afirma expresamente que «el pecado» de la separación se produjo «no sin responsabilidad de ambas partes» y que, por ello, el camino hacia la unidad solo se puede recorrer pidiendo humildemente «perdón a Dios y a los hermanos separados, como nosotros perdonamos a quienes nos hayan ofendido». Porque «a las faltas contra la unidad pueden aplicarse las palabras de san Juan: “Si decimos que no hemos pecado, hacemos a Dios mentiroso, y su palabra no está en nosotros”».

Bienvenido, sea, pues el gesto del Papa Francisco. Y no tengamos ni miedos (nadie mejor que el Papa sabe que es Pedro y Vicario de Cristo en la Cristo) ni prisas (la unidad plena será un don de Dios que logrará cuando Él disponga, pero que Él quiere también todos los esfuerzos desde la verdad para que sea factible). Y, en tiempos recios de increencias, aprovechemos el testimonio común de la fe en Cristo crucificado y resucitado que en Lund se producirá, y no minusvaloremos la presencia del Papa Francisco entre la comunidad católica, como hemos visto, muy escasa y, por esto, muchas veces marginada y de heroica perseverancia.

Presentación del viaje

            El miércoles 26 de octubre en la sala de prensa de la Santa Sede se presentó esta visita papal. El nuevo director de la Oficina de Información vaticana, el periodista norteamericano Greg Burke, incidió en las etapas del itinerario y en su significado. Burke invitó a leer, antes de emprender y comunicar el viaje, el documento “Del conflicto a la comunión” para entender bien el evento. Señaló asimismo que el viaje papal conmemorará los 500 años de la Reforma Luterana y es realizado por invitación del gobierno sueco, de la Federación luterana mundial y por la Iglesia católica en Suecia.

Comentó que Suecia es un país se preocupa por el cuidado del ambiente, con importantes flujos migratorios desde los Balcanes hasta América Latina, y que estos últimos han hecho aumentar el número de los católicos en Suecia, que hoy son unos 119 mil fieles, y que existe solamente una diócesis católica, la de Estocolmo.

Precisó que hasta el año 2000 la Iglesia luterana fue la religión de estado. Un 68 por ciento de la población pertenece a la Iglesia de Suecia (luterana); 18 por ciento se declara ateo y el 4 por ciento son musulmanes.

El portavoz adelantó que el Santo Padre se alojará en Igelosa, un centro de investigación médico, donde se reúne habitualmente la Conferencia Episcopal Escandinava, y que, en principio, los discursos de Francisco serán pronunciados en español.

Greg Burke también puso de relieve, en particular, la decisión del Papa de recorrer el trayecto desde Lund a Malmoe junto con los dirigentes de la Lwf y el cardenal Koch, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. Se trata de un gesto inédito. Y que se repetirá también dentro de «Malmoe Arena», donde los cuatro harán su ingreso en un coche eléctrico

            Después intervinieron el cardenal Kurt Koch, presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristiano, y el pastor Martín Junge, secretario general de la Federación Luterana Internacional.

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“Conmemorar, no festejar”

So hay o no hay nada que celebrar por los 500 años de la reforma protestante, el cardenal Koch quiso precisar que hay dos términos diversos, ‘festejar’ y ‘conmemorar’. Y que festejar en alemán y en italiano no son la misma cosa. En italiano se puede festejar todo, lo usa mucho la prensa, en alemán no es así. En el caso del idioma español, los diccionarios también distinguen entre ‘conmemorar’ y ‘festejar’: conmemorar es recordar solemnemente algo o a alguien, con alegría o con dolor; por ejemplo se conmemora una victoria militar o también la muerte de Cristo. Festejar en cambio es una conmemoración siempre relacionada a la fiesta y la alegría.

En su respuesta, el cardenal indicó también que en el documento “Del conflicto a la comunión” se mencionan tres puntos, claves para interpretar este viaje papal: “Primero: gratitud, por todo lo que hemos podido descubrir que existe en común entre protestantes y católicos”. “Segundo: Lutero no quería hacer una división ni crear nuevas Iglesias. Lutero quería renovar la Iglesia católica y en ese tiempo no era posible y llegó la división de la Iglesia. Y las horribles guerras confesionales del siglo XVI y XVII. En particular la Guerra de los Treinta años que transformó la Europa de entonces en un mar rojo de sangre”. “Tercer punto: esperanza. En esta conmemoración común puede traer frutos futuros”.

“El primero y tercer punto podemos –aseguró el cardenal– festejarlo sin problema, sobre el segundo punto tenemos que hacer penitencia”. “El lunes próximo tenemos esta conmemoración” recordó el purpurado y que “es la primera vez en la historia que los católicos y luteranos lo hacen en común”. En cambio, señaló, “en el pasado hemos tenido centenarios confesionales con tonos triunfalistas y polémicos”.

El presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos añadió que ahora no solo se recuerda lo sucedido hace 500 años, sino “también los 50 años del diálogo entre los luteranos y los católicos. El diálogo con los luteranos fue el primer diálogo bilateral que la Iglesia inició, ya en 1967, nada más concluir el Concilio Vaticano II, lo que debemos agradecer porque hemos podido descubrir todo lo que hay de común entre luteranos y católicos”.

Por su parte el reverendo Martin Junge, Secretario general de la Federación Luterana Mundial, respondiendo a la importancia del evento, señaló que “es muy significativo contar con la presencia del Papa Francisco y estamos sumamente agradecidos por su presencia y el valor que le va a dar a la conmemoración conjunta”. “Somos –añadió el reverendo Juge en un español fluido– muy conscientes de que el Papa Francisco está dando continuidad a un camino ecuménico”. Y precisó que “en 1999 cuando firmamos la declaración conjunta sobre la doctrina de la justificación el Papa fue Juan Pablo II; en el 2013 cuando abordamos el documento ‘Del conflicto a la comunión’ el Papa era Benedicto XVI (quien, por cierto, en septiembre de 2011, fue el primer Papa en visitar en Alemania los principales lugares de la reforma luterana); y ahora el papa Francisco es quien está cosechando estos frutos de una caminada ecuménica con todo un potencial que esperamos poder trabajar en el futuro”.

Sobre cómo encontrar acuerdos sobre las diferencias teológicas, el cardenal Koch recordó que “el ecumenismo tiene muchas páginas y sobre todo el fundamento es espiritual: la oración, Jesús rezó por la unidad de sus discípulos”. Señaló que “existe también un ecumenismo cultural”, como el reciente concierto de la Capilla Sixtina y el Coro Patriarca de Moscú, porque “la música es una de los idiomas más universales del mundo”.

 



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