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La Virgen María y los inmigrantes, carta semanal del arzobispo de Valencia

La Virgen María y los inmigrantes, carta semanal del arzobispo de Valencia

Con motivo de la Jornada Mundial del Emigrante, el arzobispo de Valencia, Carlos Osoro Sierra, en su carta semanal propone a los valencianos “a la maestra que el Señor eligió para devolvernos siempre la mirada hacia Jesucristo, la Virgen María que aquí en Valencia invocamos con un título entrañable y que nos recuerda siempre a los más necesitados, Mare de Déu dels Desamparats”.

“Cada vez que voy a la Basílica, de Nuestra Señora de los Desamparados, escribe monseñor Carlos Osoro, tengo un especial interés por observar a todos los que llegan, me fijo en las personas que entran, en sus rostros que revelan también sus situaciones y preocupaciones. En esta observación general, veo muchos rostros procedentes de otros lugares de la tierra que vienen buscando mejorar sus condiciones de vida. Y una de las visitas que hacen es a la Virgen. Ella es la Madre de los Desamparados y todos encuentran a su lado, en su cercanía y en la invocación que le hacen para que interceda ante su Hijo, amparo, compresión y esperanza en un mundo mejor y en unas condiciones de vida para ellos más humanas y más respetuosas con su dignidad de hijos de Dios”.

“En el año 2006, el entonces Papa Benedicto XVI nos recordaba, añade monseñor Osoro, que el creciente fenómeno de la movilidad humana emerge como un “signo de los tiempos”. Un signo que, es cierto, tiene dos vertientes: Nos hace ver las carencias y lagunas de los Estados y de la comunidad internacional; y nos revela las aspiraciones de una humanidad que quiere y busca la unidad, el respeto de las diferencias, la acogida, la hospitalidad, el que todos puedan participar de las riquezas de la tierra y la dignidad que todo ser humano tiene, regalada por Dios y que Dios quiere que se respete, se promueva y se viva según la misma.”.

“Por ello, en esta Jornada Mundial del Emigrante y el Refugiado, os propongo a María como “maestra del nuevo “ardor”, “método” y “expresión”. Ante Ella, sentí el deseo de llamar a todos sin ningún recato a cambiar este mundo con la fuerza de Jesucristo, tal y como nos lo enseña María. Porque, en aquella expresión de María “haced lo que Él os diga”, nuestra Madre nos manifiesta que es Él quien hace brotar la alegría y la confianza incluso en los días oscuros que llegan a la existencia diaria. Él es quien hace posible un mundo mejor, que consiste, fundamentalmente, en que busquemos todos un desarrollo auténtico e integral para que haya condiciones de vida dignas para todos, y para que la vida de todos alcance las medidas que Dios mismo puso. El desarrollo no se puede reducir al mero aspecto económico sino tiene que hacer posible que crezcan todas las dimensiones de la persona, en la que está también la dimensión trascendente.”

“La Iglesia quiere caminar con todos los emigrantes y refugiados. Así lo hizo el Señor cuando Él mismo, casi a los pocos días de poner su vida entre nosotros, tuvo que emigrar. La Iglesia, que ha aprendido de Él, comprende las causas de las migraciones y trabaja para superar y vencer lo que no ensalza y promueve a la persona. La cultura del encuentro y de la inclusión, que es la que comenzó Nuestro Señor al hacerse presente en este mundo, es la que deseamos hacer nosotros”.

“Como María, nuestra Madre, prestamos la vida, lo que somos y tenemos para esa cultura del encuentro y la inclusión. Él es quien entrega el nuevo “ardor”, el “método” y la “expresión” necesaria para cambiar este mundo y hacerlo humano con la “humanidad verdadera” manifestada en Jesucristo. Lo hizo con María y Ella es maestra experta en esta novedad. Acudamos a Ella para aprender cómo hacer un mundo mejor.”

 

Por Antonio DIAZ TORTAJADA

Sacerdote-periodista



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