«A algunos se les olvida, pero si los conciertos existen fue por una ley de un ministro socialista, José María Maravall», señaló durante una entrevista en la cadena SER la nueva ministra de Educación, Pilar Alegría. Y es que la ministra defendió que la educación concertada «juega un papel clave» dentro del sistema educativo.
Así, se declaró «firme defensora del trabajo colaborativo entre la educación pública y la concertada». «La educación es un servicio público que se presta a través de la pública y la concertada, el trabajo entre las dos redes es un elemento clave», señaló. Y mostró todo su «respeto» hacia este sistema.
«El diálogo es absolutamente primordial»
Sin embargo, tras alabar a la concertada, recordó que los centros que separan a los alumnos por sexos no pueden recibir subvenciones. Y dijo que la Ley Celaá ha sido «muy clara en esta cuestión»: «Cuando un centro recibe fondos públicos tiene que ser corresponsable, impidiendo la segregación».
También trató Alegría de minimizar las protestas, agrupadas bajo la marea naranja, organizadas por familias, profesores y centros en protesta contra la Lomloe. «No creo que fuera en todo su conjunto», dijo. Así, reiteró su intención de «ampliar» el respaldo a la ley mediante la aprobación de los desarrollos reglamentarios. «El diálogo es absolutamente primordial. No entiendo hacer política sin dialogar ni debatir con el resto de agentes».
La ideología, fuera de las aulas
Por su parte, Begoña Ladrón de Guevara, presidenta de la Confederación de Federaciones de Asociaciones de Padres de Alumnos (Confapa), señaló que ve a Alegría «con ánimo de dialogar y contar con todos para el desarrollo de la ley educativa», pero le ha pedido que en «los desarrollos se mantenga la ideología fuera de la aulas».
