Dentro de un año, en estos mismos días, tendrá lugar la 28 Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro (Brasil). Se trata de una preciosa ocasión para tantos jóvenes para experimentar el gozo y la belleza de pertenecer a la Iglesia y vivir la fe.
Aguardo con esperanza este evento y deseo animar y agradecer a los organizadores, especialmente a la archidiócesis de Río de Janeiro, su compromiso por preparar con esmero la acogida a los jóvenes que procedentes de todo el mundo participarán en este importante encuentro eclesial.
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