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La Iglesia japonesa pide a los fieles que se impliquen en el cuidado de la creación

A lo largo de todo este mes, la Iglesia católica en Japón va a tratar de concienciar a los ciudadanos sobre la importancia de preservar la creación. En línea con la Iglesia universal, la Conferencia Episcopal nipona ha aprobado que, en adelante, el noveno mes del año esté dedicado a «proteger toda la vida». El 8 de mayo instituyó la oración correspondiente y ayer, día 2, dio a conocer los objetivos y líneas de trabajo para este tiempo especial, que como es sabido se celebra entre el 1 de septiembre y el 4 de octubre, memoria litúrgica esta última fecha de San Francisco de Asís.

El presidente del episcopado y arzobispo de Nagasaki, Joseph Mitsuaki Takami, ha explicado que la iniciativa se lanza este año por ser el del quinto aniversario de la encíclica Laudato sì. Y ha recordado que en la «Semana Laudato sì», celebrada entre el 16 y el 24 de mayo pasado para conmemorar la efeméride, el Santo Padre insistió nuevamente en la necesidad de enfrentar con urgencia la crisis ambiental, al tiempo que enfatizó que «el grito de la tierra y los pobres no puede esperar más».

Colaboración con las autoridades civiles

Además de «rezar juntos» a nivel nacional y de promover «acciones concretas en cada comunidad», la Iglesia japonesa pretende promover la educación ecológica entre los ciudadanos y trabajar en este tema con las autoridades civiles (nacionales y locales) y los grupos de protección del medio ambiente.

«No hace falta decir que cambiar los estilos de vida y los comportamientos diarios son importantes para proteger la vida», dice el arzobispo Takami. «Pero especialmente durante este mes, invitamos a toda la Iglesia en Japón a tomar conciencia de proteger la vida en todas sus formas. Deseamos que en cada comunidad local se profundice y trabaje, especialmente los jóvenes, para tomar acciones concretas».

Los obispos invitan a los fieles a reducir el consumo y a no desperdiciar agua, electricidad y alimentos, por un lado, y a tratar de no utilizar contaminantes ambientales como detergentes y productos plásticos que contienen sustancias químicas dañinas, por otro. Les piden, asimismo, que participen en actividades de limpieza en lugares públicos como playas, montañas, terrenos baldíos, calles, etc.

En su llamamiento a la «conversión ecológica», y siguiendo al Papa Francisco, recuerdan que la humanidad se enfrenta a problemas muy graves, como el calentamiento global y el cambio climático, la producción de alimentos, la desforestación, la desertificación, etc., y hacen notar que la mayoría de ellos son «resultado de la actividad humana». «Los expertos advierten que el desastre será irreversible si no se toman las medidas adecuadas ahora mismo», insisten los prelados.

Desde 2015, la Iglesia católica celebra el 1 de septiembre el Día Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación. Une sus esfuerzos así a la ortodoxa, que tiene establecida esta jornada desde 1989. La ONU, por su parte, instituyó el «Día Mundial del Medio Ambiente» en 1972. En su caso, la cita concienzadora es el 5 de junio.



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