El alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, anunció ayer 15 de mayo la suspensión de la celebración de las fiestas de agosto en honor de la Virgen Blanca a causa de la pandemia de COVID-19. Poco después, la diócesis informaba en un comunicado de que los vitorianos no se quedarán sin rendir homenaje a su patrona, pues retransmitirá en directo las solemnes Vísperas del día 4 de agosto, y la Misa mayor del día siguiente.
El obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, ha expresado su «comprensión» por la decisión del Consistorio, ya que se trata de una medida que redunda «en beneficio de la salud de todos». «Es importante que cuidemos de nuestros familiares, vecinos y amigos como lo hemos en estos meses atrás y evitemos volver a situaciones duras y dolorosas», ha declarado.
Desde el punto de vista religioso, por tanto, las fiestas se vivirán de la misma manera que la Cuaresma, la Semana Santa o las festividades de San Prudencio y la Virgen de Estíbaliz, celebraciones todas ellas «en confinamiento» que han tenido que ser seguidas por los feligreses desde sus propios domicilios, «con tristeza —recuerda el obispo—, pero con la entereza de haber hecho de nuestras casas verdaderas iglesias domésticas». La diócesis ha retransmitido en directo todas las misas y oficios a través de su web y de los canales de YouTube y Facebook.
El obispado ha anunciado también que acordará con el Ayuntamiento y otras instituciones la representación de la sociedad vitoriana en la parroquia de San Miguel, donde se encuentra la capilla de la Virgen Blanca, siguiendo de manera escrupulosa las indicaciones de aforo y seguridad que indiquen las autoridades sanitarias.
Vitoria es solo una más de las ciudades españolas que este año se van a quedar sin sus tradicionales fiestas patronales. Ayer mismo, el Ayuntamiento de Huesca anunció también la suspensión de las fiestas que cada año la capital altoaragonesa celebra del 9 al 15 de agosto en honor de San Lorenzo.
