Este domingo, 19 de septiembre, Argentina celebra una Jornada de oración y reflexión contra la Trata de personas. Se trata de una iniciativa promovida por la Comisión Nacional de Justicia y Paz del Episcopado (CNJP) de cara al Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños, que se celebra el 23 de septiembre.
Los promotores de la jornada invitan a los obispos a adherirse a ella en sus diócesis para concienciar a la población y contribuir a «liberar de este flagelo a nuestra Patria».
Lo hacen —denuncian— cuando hay en marcha «una intensa campaña para que se considere la prostitución como un trabajo», proyecto cuyo impulso atribuyen a «quienes explotan la prostitución».
En la carta que han dirigido a los prelados, la coordinadora del Equipo no a la Trata, Ayelén Tomasini, y el presidente de la CNJP, Humberto Podetti, recuerdan que en 1913 Argentina aprobó la «primera norma en el mundo que estableció como delito promover o facilitar la prostitución de mujeres y dispuso simultáneamente normas para la protección de las víctimas». Desde esa norma, conocida como Ley Palacios, «muchas naciones han dictado leyes semejantes y 155 han ratificado el Protocolo de Naciones Unidas contra la Trata. Sin, embargo, aún hay muchas que no tienen leyes y muchas de las que sí las tienen, no registran condenas por este grave delito».
Crimen de lesa humanidad
La CNJP recuerda asimismo las palabras del Papa Francisco a los participantes en la Conferencia Internacional sobre la Trata de seres humanos, celebrada en abril de 2019: «La Trata —decía el Santo Padre en su mensaje— constituye una violación injustificable de la libertad y la dignidad de las víctimas, dimensiones constitutivas del ser humano deseado y creado por Dios, por lo que debe considerarse un crimen de lesa humanidad».
