IV Viernes de Cuaresma, por Ángel Moreno de Buenafuente
TIEMPO DE CUARESMA. AÑO DE LA MISERICORDIA
Nuestro Señor Jesucristo no nos mandó que le siguiésemos porque necesitara de nuestro servicio, sino para salvarnos a nosotros. Porque seguir al Salvador equivale a participar de la salvación; y seguir a la luz es lo mismo que quedar iluminado. (San Ireneo)
IV VIERNES DE CUARESMA
Es viernes, y la mirada de la Liturgia se dirige hacia Cristo Salvador, que da su vida por salvarnos.
Texto bíblico: “El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. Aunque el justo sufra muchos males, de todos lo librará el Señor. Él cuida de todos sus huesos, y ni uno solo se quebrará. El Señor redime a sus siervos, no será castigado quien se acoge a él” (Sal 33).
El papa comienza su exhortación Evangelii Gaudium, diciendo: “Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría.
Pensamiento: El Evangelio dice que no hay mayor alegría en el cielo que cuando un pecador se convierte. Y no hay momento de mayor gozo en la tierra que cuando se experimenta la salvación de Dios.
ORACIÓN: “SEÑOR, MIRA MI AFLICCIÓN Y LÍBRAME, PORQUE NO OLVIDO TU LEY. ABOGA POR MI CAUSA TÚ, RESCÁTAME, DAME LA VIDA CONFORME A TU PROMESA” (SAL 118).
PROPUESTA:
No te encierres en tu suerte, Dios es compasivo, déjate salvar, o mejor, siéntete salvado.

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