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IV Jueves de Cuaresma: La intercesión, por Ángel Moreno de Buenafuente

Tiempo de Cuaresma. Año de la Misericordia

“Recorramos todas las generaciones y aprenderemos cómo el Señor, de generación en generación, concedió un tiempo de penitencia a los que deseaban convertirse a él. Jonás anunció a los ninivitas la destrucción de su ciudad, y ellos, arrepentidos de sus pecados, pidieron perdón a Dios y, a fuerza de súplicas, alcanzaron la indulgencia, a pesar de no ser del pueblo elegido” (San Clemente Romano).

IV Jueves de Cuaresma: La intercesión

La imagen del ciprés en el claustro monástico es imagen de la oración continua, que se eleva en los monasterios a favor de toda la humanidad.

Texto bíblico: “Entonces Moisés suplicó al Señor, su Dios: -«¿Por qué, Señor, se va a encender tu ira contra tu pueblo, que tú sacaste de Egipto, con gran poder y mano robusta? Aleja el incendio de tu ira, arrepiéntete de la amenaza contra tu pueblo. Acuérdate de tus siervos, Abrahán, Isaac e Israel, a quienes juraste por ti mismo, diciendo: “Multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo, y toda esta tierra de que he hablado se la daré a vuestra descendencia para que la posea por siempre.”» Y el Señor se arrepintió de la amenaza que había pronunciado contra su pueblo” (Ex 32, ).

El papa Francisco recomienda la oración de intercesión: “Hay una forma de oración que nos estimula particularmente a la entrega evangelizadora y nos motiva a buscar el bien de los demás: es la intercesión. Miremos por un momento el interior de un gran evangelizador como san Pablo, para percibir cómo era su oración. Esa oración estaba llena de seres humanos: «En todas mis oraciones siempre pido con alegría por todos vosotros […] porque os llevo dentro de mi corazón» (Flp 1,4.7). Así descubrimos que interceder no nos aparta de la verdadera contemplación, porque la contemplación que deja fuera a los demás es un engaño” (EG 281).

Pensamiento: Somos pueblo sacerdotal, de nuestra oración depende en parte la bendición de Dios sobre el mundo. Los cristianos tenemos la vocación y misión de orar por todos.

Oración: “Por ellos ruego; no ruego por el mundo, sino por los que tú me has dado, porque son tuyos” (Jn 17, 9).

Propuesta

Reza por todos, por los que te agradan y por los que no. Intercede de manera discreta y continua por la paz, por la convivencia social, por que llegue a todos la noticia del Evangelio. La oración es misionera y evangelizadora.



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