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Hora suprema de solidaridad

La palabra “solidaridad” viene definida por la RAE como “adhesión a la causa o empresa de otros”. A lo largo de más de veintiséis años, Karol Wojtyla, el Papa venido del Este, el Papa venido del frío, ha vivido la solidaridad no sólo como extraordinaria virtud humana sino como auténtica virtud cristiana, íntimamente emparentada con la virtud capital del amor, con la virtud suprema de la caridad. Juan Pablo II ha sido el Papa de la solidaridad con los jóvenes, con las familias, con los pobres.

Juan Pablo II ha sido el Papa de la solidaridad con los jóvenes, con las familias, con los pobres. Ha sido y es el Papa solidario con la libertad y con la justicia; el Papa solidario y testigo de la paz y de la reconciliación; el Papa solidario con la vida desde su concepción natural hasta su ocaso; el Papa solidario singularmente con los enfermos, con los ancianos y con necesitados.

         Y en esta su hora de agonía –de cruz y de pascua-, católicos y no católicos y creyentes y no creyentes, hombres y mujeres de buena voluntad están entendiendo mejor que nunca su mensaje y su testimonio de solidaridad, transido por la esperanza definitiva y teologal que no defrauda, transido de la Esperanza con mayúsculas.

         Juan Pablo II ha sembrado solidaridad y esperanza a manos llenas, a corazón entregado, a entera existencia ofrendada, a ministerio eclesial repleto y remecido. Y la solidaridad con el Papa y hacia el Papa ha crecido y crece por doquier como fruto granado y agradecido. ¿No es respuesta y cosecha de solidaridad la de los miles y miles de personas que se apiñan en la Plaza de San Pedro de Roma pendientes de la luz de las ventanas de los apartamentos pontificios? ¿No son respuesta y cosecha de solidaridad las plegarias por su salud en agonía en todos y cada uno de templos de la cristiandad y en las mismas plazas públicas todas de nuestro orbe entero?

         Hace once años Juan Pablo II publicaba el que era su primer libro como Papa. Llevaba y lleva por título “Cruzando el umbral de la esperanza”. Ahora, cuando él, cuando Juan Pablo II –Karol Wojtyla-, está cruzando el umbral de la definitiva y eterna Esperanza y transmite en vivo y en directo, en tiempo real y por todos los medios e instrumentos de comunicación de la aldea glob          La palabra “solidaridad” viene definida por la RAE como “adhesión a la causa o empresa de otros”. A lo largo de más de veintiséis años, Karol Wojtyla, el Papa venido del Este, el Papa venido del frío, ha vivido la solidaridad no sólo como extraordinaria virtud humana sino como auténtica virtud cristiana, íntimamente emparentada con la virtud capital del amor, con la virtud suprema de la caridad. Juan Pablo II ha sido el Papa de la solidaridad con los jóvenes, con las familias, con los pobres. al su testimonio y mensaje de que sólo Jesucristo redime al hombre, ser solidarios –esto es, cercanos, compasivos y adheridos a los demás- es la única respuesta posible de quienes saben que es de bien nacidos el ser agradecidos. Gracias, Juan Pablo II, testigo de solidaridad, mensajero de esperanza, Papa de nuestras vidas. Necesitamos testimonios como el tuyo, también en esta suprema en que cruzas el umbral de la Esperanza.

Jesús de las Heras Muela

Director de la Revista “ECCLESIA”



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