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Homilías papales para el domingo 22 del tiempo ordinario, C (1-9-2013)

Homilías papales para el domingo 22 del tiempo ordinario, C (1-9-2013)

  Textos recopilados en varios idiomas por fray Gregorio Vinuesa Cortázar

NVulgata 1 Ps 2 EBibJer2ed (en) – Concordia y ©atena Aurea (en)

 

(1/4) Benedicto XVI, Ángelus 29-8-2010 (ge hr sp fr en it po)

(2/4) Juan Pablo II, Ángelus 2-9-2001 (ge sp fr en it po):

«Amadísimos hermanos y hermanas: Con el comienzo de septiembre, la vida social vuelve a su ritmo ordinario. Después de la pausa estiva, se reanudan las diversas actividades y ya se aproxima el inicio del nuevo año escolar.

En este marco, resulta particularmente significativa una expresión bíblica tomada del libro del Sirácida, que escuchamos en la liturgia de hoy: “Hijo mío, en tus asuntos procede con humildad y te querrán más que al hombre generoso. Hazte pequeño en las grandezas humanas, y alcanzarás el favor de Dios” (Si 3, 17-18).

Es evidente que estas palabras van contra corriente, pues la mentalidad del mundo impulsa a sobresalir, a abrirse camino, incluso con astucia y sin escrúpulos, afirmándose a sí mismos y sus propios intereses. En el reino de Dios se premian la modestia y la humildad. Por el contrario, en los asuntos terrenos triunfan a menudo el arribismo y la prepotencia; las consecuencias están a la vista de todos: rivalidades, abusos y frustraciones.

La palabra del Señor ayuda a mirar las cosas desde la perspectiva correcta, que es la de la eternidad. En el Evangelio de este domingo, Cristo afirma: “Todo el que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido” (Lc 14, 11). Él mismo, el Hijo de Dios hecho hombre, recorrió con coherencia el camino de la humildad, pasando la mayor parte de su existencia terrena en el ocultamiento de Nazaret, junto a la Virgen María y a san José, dedicado al trabajo de carpintero.

Jesús realizó la exhortación del antiguo sabio: “Hijo mío, en tus asuntos procede con humildad (…). Hazte pequeño en las grandezas humanas”. De este modo, quiso decir a los hombres de todos los tiempos que la superficialidad y el arribismo, aunque logren algún éxito inmediato, no construyen el verdadero bien del hombre y de la sociedad.

En efecto, quienes preparan eficazmente el reino de Dios son las personas que realizan de modo serio y honrado su actividad, sin aspirar a cosas demasiado elevadas, sino cumpliendo cada día con fidelidad los quehaceres humildes (cf Rm 12, 16).

Para llevar a cabo su plan universal de salvación, Dios “miró la humildad de su esclava” (Lc 1, 48) la Virgen santísima. Mientras nos disponemos a celebrar, dentro de algunos días, la fiesta de la Natividad de María, invoquémosla con confianza, para que toda actividad, profesional u hogareña, se realice en un clima de auténtica humanidad, gracias a la contribución humilde y concreta de cada uno».

(3/4) Juan Pablo II, Ángelus 31-8-1980 (sp it po):

«La liturgia del domingo de hoy –y sobre todo el Evangelio– nos dice a cada uno, a cada hombre, que es “invitado” (…).

Cristo llama al hombre “el invitado” y lo manifiesta directamente en algunas parábolas e indirectamente en todo el Evangelio. El hombre es “un invitado” por Dios. No solo ha sido llamado a la existencia como todas las demás criaturas del mundo visible, sino que desde el primer momento de su existencia y para todo el tiempo de su vida terrena, ha sido invitado, invitado a “un banquete”, o sea, a la intimidad y comunión con el mismo Dios, más allá del ámbito de esta existencia terrena (…). Cada hombre ha sido “invitado” en Jesucristo, invitado por Dios Creador y Redentor (…).

Al aceptar el hecho de ser “invitado”, el hombre vuelve a encontrar la verdad plena sobre sí. Y descubre asimismo su puesto justo entre los demás hombres. En esto consiste el significado fundamental de la humildad de que habla Cristo en el Evangelio de hoy, cuando recomienda a los invitados a la “boda” que no ocupen el primer puesto, sino el último, en espera del puesto definitivo que les señalará el amo.

En esta parábola está oculto un principio fundamental, o sea, que para descubrir que ser hombre significa ser invitado, es necesario dejarse guiar por la humildad. El juicio desatinado sobre sí mismo ofusca en el hombre lo que está inscrito profundamente en su humanidad, es decir, el misterio de la invitación que viene de Dios».

(4/4) Benedicto XVI, Homilía a los jóvenes en Loreto 2-9-2007 (ge sp fr en it po)

LA PALABRA DEL PAPA.– «Jesús, al dar a Simón (…) el título, más aún, el don, el carisma de la fuerza, de la dureza, de la capacidad de resistir y sostener –como es precisamente la naturaleza de una piedra, de una roca, de un peñasco–, asociaba el mensaje de su palabra a la virtud nueva y prodigiosa de este apóstol, que había de tener la función, él y quien le sucediera legítimamente, de testimoniar con incomparable seguridad ese mismo mensaje que llamamos Evangelio» (Pablo VI, Audiencia general 3-4-1968 fr it). «El mensaje de Cristo, de generación en generación, nos ha llegado a través de una cadena de testimonios, de la que Nos formamos un eslabón como sucesor de Pedro, a quien el Señor confió el carisma de la fe sin error» (Pablo VI, Homilía 20-9-1964 it). «Junto a la infalibilidad de las definiciones “ex cáthedra”, existe el carisma de asistencia del Espíritu Santo concedido a Pedro y a sus sucesores para que no cometan errores en materia de fe y de moral y para que así iluminen bien al pueblo cristiano» (Juan Pablo II, Audiencia general 24-3-1993 sp it). «Al escogerme como Obispo de Roma, el Señor ha querido que sea su Vicario, ha querido que sea la “piedra” en la que todos puedan apoyarse con seguridad» (Benedicto XVI, Homilía en la capilla Sixtina 20-4-2005 ge sp fr en it lt po).

LOS ENLACES A LA NEO-VULGATA.– «Esta edición de la Neo-Vulgata puede servir también (además de especialmente para la liturgia) para que la tengan en cuenta las versiones en lengua vulgar que se destinan a uso litúrgico y pastoral, y (…) como base segura para los estudios bíblicos» (Juan Pablo II, Constitución apostólica Scripturarum thesaurus 25-4-1979 ge sp fr en lt po). «La palabra sagrada debe presentarse lo más posible tal como es, incluso en lo que tiene de extraño y con los interrogantes que comporta» (Benedicto XVI, Carta al presidente de la C.E. Alemana sobre un cambio en las palabras de la Consagración 14-4-2012 ge sp fr en it pl po).

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