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Homilías de Juan Pablo II y Benedicto XVI para el Domingo 26 del tiempo ordinario B (30-9-2012)

Trabajo recopilado por fray Gregorio Cortázar Vinuesa, OCD

NVulgata 1 Ps 2 EBibJer2ed (en) — Concordia y ©atena Aurea (en)

(1/4) Juan Pablo II, Homilía en Brescia 26-9-1982 (it po):

«1. “La ley del Señor es perfecta, y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos” (Sal 18/19, 8. 10). Pablo VI, hijo de esta tierra y de esta diócesis, dio durante su vida testimonio de la ley del Señor y de la sabiduría de Dios. Ellas robustecieron su alma durante su peregrinación terrena, que comenzó en Concesio el 26 de septiembre de 1897 (…), y terminó en la Sede de Pedro el 6 de agosto de 1978 (…).

4. ¡Cuán profundamente estaba comprometido Pablo VI en los problemas del mundo contemporáneo, en los problemas de la paz y de la justicia social!

Quizás sería conveniente leer de nuevo otra vez las advertencias del apóstol Santiago, que nos propone la liturgia de hoy: “¡Ahora, vosotros los ricos, llorad y lamentaos por las desgracias que os han tocado… El jornal defraudado a los obreros que han cosechado vuestros campos está clamando contra vosotros; y los gritos de los segadores han llegado hasta los oídos del Señor de los ejércitos” (St 5, 1. 4).

Son palabras escritas hace casi 2.000 años, pero su significado conserva siempre su penetrante elocuencia. En toda época la Iglesia trata, mediante su severo carácter expresivo, de releer y anunciar el mensaje evangélico de la justicia, que es la condición fundamental del orden social y de la paz.

A este propósito, recordáis que Pablo VI, en la fundamental encíclica Populorum progressio, después de haber advertido que el obstinarse en las injusticias sociales no podría menos de “suscitar el juicio de Dios y la cólera de los pobres, con imprevisibles consecuencias” (n. 49), observaba: “Las diferencias económicas, sociales y culturales demasiado grandes entre los pueblos, provocan tensiones y discordias y ponen en peligro la paz… Combatir la miseria y luchar contra la injusticia es promover, a la par que el mayor bienestar, el progreso humano y espiritual de todos, y por consiguiente el bien común de la humanidad” (n. 76) (…).

En cuanto custodio de la herencia apostólica, Pablo VI se ponía constantemente de parte de todo bien, de todo “vaso de agua” dado al prójimo (cf Mt 10, 42), y se ponía también contra cada uno de los escándalos de los que habla el Evangelio de este domingo, y que son tan numerosos en nuestra época.

5. Era el Pastor del Pueblo de Dios, como Moisés, de quien habla hoy la liturgia dominical, y de modo parecido expresaba el ardiente deseo que encontramos en las palabras de Moisés: “¡Ojalá todo el pueblo del Señor fuese profeta y recibiera el espíritu del Señor!” (Núm 11, 29)

Efectivamente, durante el pontificado de Pablo VI desarrolló y terminó su actividad el Concilio Vaticano II, que ha puesto en la base de su enseñanza la verdad sobre la participación de todo el Pueblo de Dios en la misión profética, sacerdotal y real de Cristo (…).

Y Pablo VI, al igual que el Concilio, vio a la Iglesia a la medida del universal diálogo de la salvación en el que está presente Cristo, está presente y parece pronunciar las palabras que hemos escuchado en el pasaje evangélico de hoy: “El que no está contra nosotros está a favor nuestro” (Mc 9, 40)».

(2/4) Homilía para la Scholae Cantorum de Europa 29-9-1985 (it):

«1, “Señor, santifícalos en la verdad” (Jn 17, 17). Con estas palabras del canto al Evangelio de la liturgia de este domingo, día del Señor resucitado, quiero saludaros cordialmente a todos vosotros, reunidos aquí, miembros de las “Scholae Cantorum” de Europa, que habéis venido a Roma para el Congreso Internacional (…).

2. En este encuentro de oración, que hace especialmente ferviente el canto coral de tan numerosas “Scholae Cantorum“, la liturgia de la palabra de este domingo habla, por un lado, de inspiración, y por otro, de escándalo.

Por lo que se refiere a la inspiración, leemos en la primera lectura: “El Señor bajó en la nube, habló con Moisés y, apartando algo del espíritu que poseía, se lo pasó a los setenta ancianos; al posarse sobre ellos el espíritu, se pusieron enseguida a profetizar” (Núm 11, 25).

Respecto del escándalo, leemos en el Evangelio según Marcos: “El que escandalice a uno de estos pequeños que creen, más le valdría que le encajasen en el cuello una piedra de molino y lo echasen al mar” (Mc 9, 42).

Así dice Cristo. Y luego, hablando del escándalo, pronuncia severas palabras a propósito de la mano, del pie y del ojo humano, cuando se convierten en causa de pecado.

El pecado es un mal, es la fuente de la depravación. A causa de él se arruinan la vida y la civilización humanas. De esto dan testimonio las fuertes palabras de la Carta de Santiago, que hemos escuchado en la segunda lectura, dirigidas a los que defraudan el salario a los trabajadores; que andan en francachelas y se sacian de placeres; que condenan y matan al inocente que no puede oponer resistencia a su violencia (cf St 5, 1-6).

Describiendo la triste situación del hombre esclavizado y víctima del pecado, el Concilio Vaticano II ha dicho en síntesis eficaz: “El pecado rebaja al hombre, impidiéndole lograr su propia plenitud” (Gaudium et spes, 13).

Por eso Jesús lanzó la amenazadora y terrible palabra: “¡Ay del mundo por los escándalos!” (Mt 18, 7).

3. Hoy, en esta jubilosa jornada dedicada al canto, a la música, queremos hablar sobre todo de la inspiración: de lo que es la fuente de la verdad, del bien y de la belleza en la vida humana (…).

4. Que vuestra vida sea toda ella un canto de adoración y de alabanza a Dios, mediante el constante testimonio de vuestra fidelidad al mensaje de Cristo. Escuchemos una vez más estas palabras de san Agustín (…): “Canta a Dios quien vive para Dios; salmodia su nombre quien actúa por su gloria. Así cantando, así salmodiando, es decir, así viviendo, así actuando…, allanáis el camino a Cristo; para que, mediante los hermosos pasos de los que anuncian la Buena Nueva (cf Is 52, 7), se le abran los corazones de los creyentes” (Enarr. In Ps., 67-5: PL 36, 814 s.).

5. En esta significativa circunstancia quiero dirigir también mi pensamiento a todos los que aman la música, y en particular la música sacra: a los compositores, maestros, profesores, directores, ejecutores y también a los oyentes.

Me dirijo a vosotros para que deis vuestra aportación a fin de que la música insertada por la Iglesia en la celebración de sus misterios sea verdaderamente sacra, es decir, tenga una predisposición adecuada a su alta finalidad religiosa: sea verdaderamente artística, esto es, capaz de mover y transformar los sentimientos del hombre en canto de adoración y de imploración a la Trinidad Santísima».

(3/4) Homilía de canonización 1-10-2000 (ge sp fr en it po)

(4/4) Benedicto XVI, Ángelus 1-10-2006 (ge hr sp fr en it po): Mes de octubre: Oración del Rosario, Compromiso en favor de las misiones, Santa Teresa del Niño Jesús.

LA PALABRA DEL PAPA.- «Jesús, al dar a Simón (…) el título, más aún, el don, el carisma de la fuerza, de la dureza, de la capacidad de resistir y sostener –como es precisamente la naturaleza de una piedra, de una roca, de un peñasco–, asociaba el mensaje de su palabra a la virtud nueva y prodigiosa de este apóstol, que había de tener la función, él y quien le sucediera legítimamente, de testimoniar con incomparable seguridad ese mismo mensaje que llamamos Evangelio» (Pablo VI, Audiencia general 3-4-1968 fr it). «El mensaje de Cristo, de generación en generación, nos ha llegado a través de una cadena de testimonios, de la que Nos formamos un eslabón como sucesor de Pedro, a quien el Señor confió el carisma de la fe sin error» (Pablo VI, Homilía 20-9-1964 it). «Junto a la infalibilidad de las definiciones “ex cáthedra”, existe el carisma de asistencia del Espíritu Santo concedido a Pedro y a sus sucesores para que no cometan errores en materia de fe y de moral y para que, por el contrario, iluminen bien al pueblo cristiano» (Juan Pablo II, Audiencia general 24-3-1993 sp it). «Al escogerme como Obispo de Roma, el Señor ha querido que sea su Vicario, ha querido que sea la “piedra” en la que todos puedan apoyarse con seguridad» (Benedicto XVI, Homilía en la capilla Sixtina 20-4-2005 ge sp fr en it lt po).

LOS ENLACES A LA NEO-VULGATA.- «Esta edición de la Neo-Vulgata puede servir también (además de especialmente para la liturgia) para que la tengan en cuenta las versiones en lengua vulgar que se destinan a uso litúrgico y pastoral, y (…) como base segura para los estudios bíblicos» (Juan Pablo II, Constitución apostólica Scripturarum thesaurus 25-4-1979 ge sp fr en lt po). «La palabra sagrada debe presentarse lo más posible tal como es, incluso en lo que tiene de extraño y con los interrogantes que comporta» (Benedicto XVI, Carta al presidente de la C.E. Alemana sobre un cambio en las palabras de la Consagración 14-4-2012 ge sp fr en it pl po).

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