Hace apenas unos días, el nuevo obispo coadjutor de Almería, Antonio Gómez Cantero, se despedía emocionado de la que hasta entonces había sido su diócesis, Teruel y Albarracín.
Cuatro años de pastoreo que ahora continuarán al otro lado de la península.
En su toma de posesión ha querido dirigirse a su nueva feligresía repasando su recorrido al servicio de la Iglesia. Desde que comenzase como párroco en Palencia hasta su llegada la diócesis turolense, donde ha destacado el papel del laicado a su lado este año; especialmente el de las mujeres y la vida consagrada.
Toma como referencia para su nueva encomienda la primera carta de san Pablo a Timoteo donde en su capítulo 3 escribe como debe ser un obispo. «Os aseguro que me esforzaré por adquirir las cualidades que señala, serán mi papel pautado, como un niño en sus primeras letras».
«Simplicidad, humildad, esfuerzo y alegría»
Recurriendo a una imagen de su infancia en Carrión de los Condes, donde contemplaba «la inmovilidad del pastor, apoyado o semidormido en su bastón» y veía cómo «las ovejas le empujaban y sacaban de su letargo, pues eran ellas las que, por necesidad, se acercaban a buscar nuevos pastos. Eso habéis sido para mí, aliento del Espíritu, que mueve a la Iglesia, la saca del inmovilismo y la provoca en las nuevas búsquedas. ¡Seamos testigos! este es el impulso vital de los primeros cristianos».
Gómez Cantero no se olvida que es parte del rebaño y con claridad se ha entregado a su nueva diócesis: «Yo ahora soy vuestro, os pertenezco, y estoy aquí para serviros de todo corazón y alentaros en la esperanza».
Para su nueva labor apostólica asegura basarse en cuatro conceptos que ha vivido desde su casa: «simplicidad, humildad, esfuerzo y alegría, aliñadas con unas buenas amistades».
Desea que «las críticas no le remuevan ni las alabanzas le conmuevan», sin embargo, promete mantenerse en permanente «diálogo y acogida a la corrección fraterna».

Preparado para el reto
Encomendándose de todo corazón a la Sagrada Familia, reconoce que a punto de cumplir los 65 años se siente lo «suficientemente joven para seguir haciendo proyectos, pero suficientemente mayor para saber que la vida pasa con demasiada rapidez» y que su deseo es estar al servicio de toda la comunidad almeriense para seguir creciendo conjuntamente en la fe.
Hacia el final de su misiva ha querido mostrar su agradecimiento a Adolfo González Montes, obispo de Almería, por su «acogida con los brazos abiertos» y ha reiterado que está «dispuesto a ayudarle en todo aquello que sea preciso».
