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Francisco en la solemnidad de Pentecostés: «Si no encuentras una salida, ábrete al Espíritu Santo»
Vaticano

Francisco en la solemnidad de Pentecostés: «Si no encuentras una salida, ábrete al Espíritu Santo»

«Hermana, hermano, si adviertes la oscuridad de la soledad, si llevas dentro un peso que sofoca la esperanza, si tienes en el corazón una herida que quema, si no encuentras una salida, ábrete al Espíritu Santo». De este modo se ha dirigido desde la basílica de San Pedro el Papa Francisco en esta solemnidad de Pentecostés.

«Es el tiempo del Paráclito, el tiempo de la libertad de corazón en el Paráclito», comenzaba su homilía el Santo Padre.

Recordando a san Buenaventura, Francisco se ha preguntado qué es lo que nos pide el Espíritu Santo a la Iglesia. «Hoy es el tiempo de la consolación. Es el tiempo del gozoso anuncio del Evangelio más que de la lucha contra el paganismo. Es el tiempo de llevar la alegría del Resucitado, no de lamentarnos por el drama de la secularización. Es el tiempo para derramar amor sobre el mundo, sin amoldarse a la mundanidad. Es el tiempo de testimoniar la misericordia más que de inculcar reglas y normas. ¡Es el tiempo del Paráclito! Es el tiempo de la libertad del corazón, en el Paráclito».

«El Paráclito, además, es el Abogado”, nuestro abogado, siguió explicando el Papa. En el contexto histórico de Jesús, –delucidó– el abogado no desarrollaba sus funciones como hoy, más que hablar en lugar del imputado, normalmente estaba junto a él y le sugería al oído los argumentos para defenderse. Y el Paráclito, “Espíritu de la Verdad” que no nos reemplaza, sino que nos defiende de las falsedades del mal inspirándonos pensamientos y sentimientos, lo hace así. Y lo hace, dijo el Santo Padre, «con delicadeza, sin forzarnos» pues es propositivo y no impositivo.

«El espíritu de la falsedad, el maligno, por el contrario, trata de obligarnos, quiere hacernos creer que siempre estamos obligados a ceder a las sugestiones malignas y a las pulsiones de los vicios».

Regina Coeli por el pueblo colombiano

A las 12 horas, Francisco se ha dirigido a los fieles de todo el mundo y a los congregados en la plaza de san Pedro pidiendo, por la realidad de los cristianos en China, por la paz en Oriento Próximo y oraciones por los hermanos en Colombia, atenazados por una situación política que ha derivado en violencia y ha producido más de cincuenta víctimas mortales del estallido de las revueltas populares.

«Rezo para que el querido pueblo colombiano sepa acoger los dones del Espíritu Santo, para que a través de un diálogo serio se puedan encontrar soluciones justas a los muchos problemas que sufren, especialmente los más pobres, a causa de la pandemia».

Francisco ha insistido en el diálogo y en la importancia de que se respeten y garanticen la seguridad en las protestas pacíficas y que este pueblo avance hacia la paz y la reconciliación.

Del mismo modo ha recordado la importancia de seguir procurando el cuidado de la casa común en el cierre de la #LaudatoSiWeek.



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