«Mientras que la luz no vuelva a la Cañada Real esto va a seguir siendo un infierno». Con esta contundencia se ha expresado Agustín Rodríguez, párroco de Santo Domingo de la Calzada en el poblado madrileño, quien desde hace meses viene denunciando la complicada situación que sus vecinos están viviendo.
«Nos hemos quedado bloqueados y sin poder desplazarnos a causa del temporal. La gente está teniendo dificultades para acceder a los supermercados. En cualquier caso, hemos abierto la Iglesia. Estamos ayudando a las familias con alimentos y con combustible para poder calentarse. Nos hemos puesto a disposición del Ayuntamiento de Madrid y estos días hay entre veinte y treinta personas dando cobertura y colaborando con los dispositivos de emergencia», asevera Agustín Rodríguez.
Esta situación de desamparo e incertidumbre no es nueva para las personas de este asentamiento. A la problemática del tráfico de drogas, la educación, la exclusión social y la falta de soluciones efectivas por parte de las administraciones y entidades que operan en la Cañada Real, se suma desde hace más de noventa días, tal y como viene informando ECCLESIA, los fallos en el suministro eléctrico de los sectores 5 y 6. El alcalde de la capital española, José Luis Martínez-Almeida, ofreció la semana pasada un plan de choque para paliar las bajas temperaturas de la borrasca Filomena. El objetivo era habilitar el polideportivo Cerro Almodóvar y una antigua fábrica de muebles para dar cobijo a 700 personas. Sin embargo, las asociaciones vecinales que trabajan sobre el terreno han emitido un comunicado conjunto donde manifiestan su desacuerdo ante estas medidas. «Creemos que trasladar a los niños pequeños supondría emocionalmente y psicológicamente un traslado forzoso; alejarles de su hogar no es la solución, sentir la expulsión de sus camas, baños, sus muñecos, en definitiva, del lugar dónde las personas nos sentimos más protegidas, para trasladarles a un lugar desconocido, no tiene fundamento, pues tenemos hogares».
«La vida es más fuerte que la muerte»
A pesar de las actuales circunstancias, Agustín Rodríguez ha señalado la «capacidad de la gente de salir adelante ante toda la dificultad». «En medio de toda esta indecencia la gente se sigue comportando con un civismo espectacular. No sé cómo habría actuado cualquier otro barrio de Madrid después de estar tres meses sin luz. Es encomiable».
Aunque este comienzo de año no ha tenido lugar la tradicional cabalgata de los Reyes Magos, sí que se ha podido hacer el reparto de juguetes a los niños de la Cañada Real. «En la parroquia vamos a intentar apoyar la dignidad de las personas porque la dignificación es la concreción de nuestro trabajo evangelizador».
Para este 2021, Agustín desea «un poco de normalidad, de paz y de sosiego». Asegura que está siendo demasiado para la gente el sobrellevar el covid, la falta de luz y ahora Filomena. Sin embargo, aún en las condiciones más miserables y de mayor vulnerabilidad, sigue habiendo un rescoldo de belleza y de esperanza, como el de «esas mujeres que estos días están saliendo a la calle para procurar alimentos a sus familias. Me recuerda a las mujeres al pie de la cruz. Que a pesar de todo, siguen ahí. Sin rendirse».
