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Fallece José de Jesús Pimiento, el cardenal más longevo

El cardenal José de Jesús Pimiento Rodríguez, arzobispo emérito de Manizales (Colombia), falleció ayer a la edad de 100 años. El purpurado más anciano de la Iglesia católica murió este martes 3 de septiembre en la casa San José, ubicada en Floridablanca, en el área metropolitana de Bucaramanga. La Conferencia Episcopal de Colombia ha emitido una nota en la que eleva oraciones por él y da gracias a Dios por su testimonio vocacional y larga vida; a la vez que expresa su saludo fraterno de condolencias a la familia y al clero de Bucaramanga.

José de Jesús Pimiento Rodríguez nació en el municipio de Zapatoca (Santander) el 18 de febrero de 1919. Con una vocación sacerdotal que nació a temprana edad, inició su formación eclesiástica en el Seminario de San Gil donde estudió filosofía de 1936 a 1937, y que concluyó en el Seminario Mayor de Bogotá donde hizo estudios en teología de 1938 a 1941.

Fue ordenado sacerdote para su diócesis el 14 de diciembre de 1941 por Ismael Perdomo Borrero, arzobispo de Bogotá de aquel entonces. A la edad de 36 años fue nombrado obispo auxiliar de Pasto por el Papa Pío XII. En 1964, san Pablo VI lo nombró obispo de Garzón.

Pimiento participó en las cuatro sesiones del Concilio Vaticano II como padre conciliar, y posteriormente fue escogido como delegado participante para las II y III Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano, realizadas en Medellín (Colombia, 1968) y Puebla (México, 1979) respectivamente; de nuevo sería escogido para tal función para la IV Conferencia General realizada en Santo Domingo (República Dominicana, 1992).

El 22 de mayo de 1975 Pablo VI lo movería de nuevo de sede episcopal, esta vez a la arquidiócesis de Manizales, donde ejerció su ministerio pastoral durante 21 años. Durante este tiempo se dedicó a la aplicación de los decretos del Concilio Vaticano II, enfocado especialmente hacia la pastoral familiar, la juventud y la sociedad, sin dejar de lado la educación y la academia.

Ya en 1995, con 75 años de edad presenta su dimisión como arzobispo de Manizales al papa Juan Pablo II, quien la aceptó el 15 de octubre de 1996. En este tiempo se desplazó al Urabá antioqueño para ejercer su servicio pastoral como misionero en la diócesis de Apartadó (particularmente en la Parroquia de Turbo) donde él mismo, como arzobispo de Manizales fue promotor de la experiencia misionera más allá de su jurisdicción diocesana.



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