«Iglesia de Dios en Palencia. Canta y camina». Con estas palabras ha cerrado su acción de gracias el obispo palentino Manuel Herrero en la Eucaristía con motivo del VII centenario de la catedral de Palencia, que ha tenido lugar en el día de hoy, dando de este modo el pistoletazo de salida a los actos conmemorativos de este aniversario tan especial.
La Misa, presidida por el nuncio apostólico de la Santa Sede en el España, Bernardito Auza, que junto altar ha contado con una imagen de la Virgen del Brezo, de especial devoción en la zona, ha estado concelebrada con un nutrido grupo de obispos, entre los que se encontraba el cardenal Ricardo Blázquez, arzobispo de Valladolid; el cardenal Aquilino Bocos, nacido, bautizado y confirmado en esta diócesis; el secretario general de la Conferencia Episcopal Española y auxiliar de Valladolid, Luis Argüello; los obispos de San Sebastián, León, Santander, Zamora y los eméritos de Burgos y Tarija (Bolivia).
Un centenario inmerso en el bienio jubilar
La homilía de Auza ha estado cargada de gestos y palabras de reconocimiento hacia esta diócesis peregrina. En primer lugar, ha reconocido la importancia del patrimonio histórico, artístico y cultural que custodia la catedral. Acto seguido ha recordado la importancia de Palencia en relación con las «demás Iglesias particulares en España y en el mundo». Inmersa en un Año Jubilar, Azua ha recordado la institución del primer centro universitario de nuestro territorio además de ser el lugar donde estudió y enseñó santo Domingo de Guzmán (1170-1221), «padre fundador de la Orden de los Predicadores, o los padres dominicos». También ha recordado a los muchos santos ligados a Palencia y a su espacio catedralicio, donde el nuncio ha recordado a san Francisco Fernández de Capillas, palentino misionero en Filipinas –lugar de origen de Auza– y protomártir de China.
Antes de concluir, Bernardito Auza ha pedido a los allí presentes seguir «el maravilloso ejemplo el obispo san Manuel González». Palencia está celebrando ahora en el espacio catedralicio que guarda su cuerpo, un Año Jubilar con ocasión del centenario de la fundación de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret, fundadas por González. «Un Año Jubilar –ha proseguido el nuncio– concedido por el Papa Francisco que comenzó el 3 de mayo de 2021, pero, a consecuencia de la covid-19, se ha convertido en un Bienio Jubilar. Su recuerdo se hace tanto más obligado cuanto que nos hallamos en las vísperas del Corpus Cristi».
«Seamos una Iglesia en salida, que sea hogar, hospital de campaña, que sea tiende del encuentro de Dios y los hombres»
Tras agradecer a todas las autoridades eclesiales y civiles congregadas en la catedral palentina, tras hacer un sucinto repaso de sus orígenes e historia, el obispo de la diócesis, Manuel Herrero, ha pedido a los feligreses allí presentes y a los que a través de los medios de comunicación sociales seguían la celebración, que la Iglesia en Palencia sea, «como pide el Concilio Vaticano II, una Iglesia signo de la unidad con Dios y de los hombres entre sí, de discípulos y misioneros, alegre, misericordiada y misericordiosa, una Iglesia en salida, que lleve el gozo del Evangelio, una Iglesia que sea hogar, hospital de campaña, una iglesia que sea tienda del encuentro con Dios y los hombres, con las puertas abiertas para acoger a los más pobres y necesitados, los descartados de la sociedad, y compartir el gozo y la esperanza, la tristeza y la angustia alegrías de los hombres; que nada verdaderamente humano deje de tener resonancia en nuestro corazón, como en el de Jesucristo; que guiada por el Espíritu Santo peregrine hacia el reino del Padre; que cuide la casa común y especialmente a las personas más débiles y frágiles».
