Fernando Martín, Director de la Cruzada de Santa María: “La respuesta a la crisis en el mundo es una persona: Jesucristo”
Ha tenido lugar en Getafe (Madrid), junto al Cerro de los Ángeles, en el que se levanta el monumento al Corazón de Jesús, el III Encuentro de los colaboradores del Instituto Secular Cruzados de Santa María, fundado por el siervo de Dios P. Tomás Morales SJ. El leit motiv del encuentro, que ha inspirado su contenido y la línea seguida en todos los trabajos, era “Luces en la Noche”, título que reproducía el de uno de los libros de Abelardo de Armas, cofundador y primer director general del Instituto.
Venidos de diferentes puntos de España, miembros y familias de este movimiento eclesial surgido alrededor de los Cruzados y de la Milicia de Santa María, fueron aportando vivencias de su experiencia de fe en el marco del Año convocado por Benedicto XVI, dispuestos a vigorizar su condición de miembros vivos de la Iglesia y a proyectarse apostólicamente en sus ámbitos de trabajo, amistad, familia, vida social y cultural.
En la III edición de ‘Laicos en Marcha’ se han puesto en común todas las actividades y proyectos apostólicos que se están llevando a cabo desde la Cruzada de Santa María, la Milicia de Santa María y los distintos grupos que han nacido al calor del carisma del Padre Morales y del cruzado Abelardo de Armas.
Una edición que se ha celebrado el fin de semana del 20-21 de octubre de 2012, en la parroquia Santa Madre Maravillas de Getafe, bajo el lema “Luces en la noche” y que ha contado con la presencia de D. Joaquín María López de Andújar, obispo de Getafe, y D. Fernando Sebastián, obispo emérito de Pamplona-Tudela, acompañando a los cerca de 250 asistentes encabezados por los laicos consagrados del Instituto Secular ‘Cruzada de Santa María’.
En la mañana del sábado se presentaron los ocho proyectos de evangelización y humanización de la cultura, ya en marcha: Proyecto familiar “Cerro Milano”, de Cáceres; Foruniver, escuela de humanismo cristiano; Cosplan, orientación familiar y educación en la sexualidad; Encuentros con la ciencia; Deportistas y humanismo cristiano; Viaje a Narnia y otras experiencias de profesores de religión católica; Ejercicios Espirituales y Nueva evangelización; Sabor y saber, evangelizar desde la cocina.
Durante la mañana del sábado se fueron incorporando los asistentes, muchos de ellos tras dejar a sus hijos en los grupos de atención para ellos, estupendamente organizados por los grupos de Madrid.
Mons. Sebastián Aguilar: La respuesta a la crisis de fe
El momento en cierto modo sobresaliente del Encuentro fue la tertulia-charla con Mons. Fernando Sebastián, arzobispo emérito de Pamplona y Tudela, en presencia también de Mons. Joaquín López de Andújar, obispo de Getafe, y moderada por D. Juan José Rodríguez, delegado de apostolado seglar de la diócesis getafense.
Partiendo de un exhaustivo análisis de la realidad social que se está viviendo en España y en el mundo, de la realidad espiritual en nuestro país, D. Fernando Sebastián comentó su preocupación por el “enfriamiento religioso que se constata desde hace muchos años. Yo pondría que desde los años 60 del pasado siglo”, señaló.
“Tanto en el mundo como en la familia se necesita una fe fuerte y una firme adhesión a Jesucristo “a muerte”. La fe tiene que ser firme sino, no es fe. Y si quieres ser cristiano tienes que renunciar a lo que haga falta por ser coherente. Hoy está muy extendida una fe “opinativa”, sin consistencia, que es como la sal sosa”, dijo Monseñor Sebastián.
La verdadera respuesta, afirmó, es “la nueva evangelización, la recuperación del vigor evangelizador de la Iglesia, el temple del cristianismo primitivo frente al vendaval laicista”. A esta generación le corresponde trabajar para que el panorama sea un horizonte de fe y no un desierto de nihilismo.
Tras las palabras de planteamiento, surgieron de entre los presentes un aluvión de preguntas y demandas de orientación, vivas y palpitantes, ante las que Mons. Sebastián fue ofreciendo reflexiones vigorosas y lúcidas que enardecieron a los presentes y dieron pistas para la acción: la evangelización de los jóvenes, la vocación y la misión de la familia cristiana, la presencia de los católicos en la vida pública, la eficaz práctica de los ejercicios espirituales y de procesos de catequesis intensiva que lleven a la conversión, la recuperación del temple de mártires, “creyendo a muerte”, como los cristianos de la primera época, el papel y el ejemplo de la jerarquía en estos momentos de laicismo beligerante:
– “Se necesita una fe fuerte y una firme adhesión a Jesucristo a muerte. Si la fe no es firme no es fe”.“La Iglesia española debería ser más audaz, más firme. Quizá sean momentos más importantes que los de la Transición”, señaló Monseñor Sebastián.
Ámbitos de evangelización
La tarde del sábado 20 dio paso, tras un momento festivo preparado por los jóvenes militantes, a cuatro encuentros simultáneos en torno a otros tantos ámbitos de vida y expansión misionera, y pendientes especialmente de una nueva evangelización encomendada especialmente a los laicos: Familia, Juventud, Trabajo, y Cultura y Educación: ¿Qué aportamos, qué iniciativas están ya en marcha, qué podemos hacer desde ahora mismo?
A esta misma inquietud de fondo vino a dar impulso la asamblea general del domingo 21, tras la vigilia de oración conducida por jóvenes militantes de Santa María en el Cerro de los Ángeles.
Recogiendo las vivencias de los grupos de la tarde anterior y al calor de las palabras de D. Fernando Sebastián, que calaron muy hondamente en todos, se fueron sucediendo las intervenciones de unos y otros, mayores y más jóvenes. Fue una llamada exigente y radical a la acción, y a la conversión permanente que debe sustentarla: La presencia evangelizadora a través de las tandas de ejercicios, la consolidación de grupos y comunidades, el compromiso personal del propio tiempo, el apostolado de la escucha y del alma a alma, la presencia en las redes sociales y en la vida pública -que no son una opción sino una urgencia de nuestra vida cristiana-…, como un eco de la llamada universal a la santidad transmitida por el Concilio Vaticano II y a la que nos apremió con entusiasmo y vigor el P. Tomás Morales.
La respuesta: Cristo
Las palabras finales de Fernando Martín fueron una diligente llamada de aliento para que vivamos en conversión permanente y para todos. “Transmitir la fe, dijo, es suscitar la conversión, partiendo de la conciencia de que somos laicos con una misión en medio del mundo. Enamorados de Cristo que bajan del Tabor a las urgencias cotidianas de este mundo.”
Animó a los presentes a trabajar en redes, en equipo, en comunión. A ser “fermentos de comunión, cada uno de nosotros, allí donde estamos.” Suscitando proyectos de educación católica, de familia y juventud, pero arriesgando, renunciado a nuestra comodidad un tanto burguesa.
Benedicto XVI nos lo ha repetido en sus últimas alocuciones y escritos: la respuesta es Cristo. Y nosotros creemos que Él halla el cumplimiento de todo el afán del corazón humano. “Caminemos, concluyó, viviendo el Año de la fe con el entusiasmo y fervor martirial del cristianismo primitivo”.

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