«Las dinámicas de interacción han cambiado mucho y hay que empatizar con el dolor humano y dar la importancia real a las personas». A esta conclusión se ha llegado en la primera sesión de las el XXIV Encuentro de juristas y pastoral penitenciaria, bajo el título «Colectivos vulnerables en prisión. La defensa de sus derechos».
Un sesión presidida por el obispo auxiliar de Madrid, José Cobo, responsable del departamento de pastoral penitenciaria de la CEE, que pertenece a la Subcomisión Episcopal para la Acción Caritativa y Social.
El acto ha abordado el drama de la limitación de los derechos de los presos en tiempos de la pandemia de la covid-19, así como la realidad de categorías especiales, como las mujeres, los ancianos y los enfermos graves, obligados a estar entre rejas. Puerto Solar, jurista de Instituciones Penitenciarias, ha ahondado en la limitación de los derechos de los presos en tiempo de pandemia.
En España, se ha impuesto el cierre de las prisiones a personas ajenas a ellas, salvo a los agentes de custodia y al personal sanitario. En consecuencia, se suspendieron todas las entrevistas personales de los detenidos con sus familiares, y solo se les ha permitido el contacto por teléfono o por carta. De hecho, también se ha revocado la entrada de paquetes desde el exterior así como los talleres de producción y la enseñanza para los reclusos. De la misma forma, las celebraciones religiosas también se han visto interrumpidas en muchos casos, ya que se prohibió el acceso a los capellanes de la prisión.
Doble confinamiento
No obstante, las diócesis españolas han llevado a cabo multitud de iniciativas durante el confinamiento y los meses de pandemia, reavivando su misión junto a los presos. Han abierto direcciones de correo electrónico donde recoger mensajes de apoyo y solidaridad con los presos, dándoles, en caso de necesidad, incluso ayuda económica; han organizado la infraestructura necesaria para que puedan vivir la celebración de la misa «a distancia».
Por su parte, el ex magistrado de la Audiencia Provincial de Madrid, Arturo Beltrán, ha explicado que «los reglamentos de necesidad están en ocasiones como la de esta pandemia, por encima de las jerarquías». Por eso, estas penas se han trasladado también a familiares que se han convertido también en víctimas. «Ha sido durísimo tener que privar de permisos a presos que ya estaban concedidos y que por la pandemia han tenido que detenerse».
