El Programa de Atención a la Vida Consagrada atiende ya a 25 enfermerías
En su segundo año de vida, el Programa de Atención a la Vida Consagrada ha ido creciendo progresivamente en número de congregaciones, beneficiarios y trabajadores. En este momento hay 600 religiosos y religiosas que son atendidos en 25 enfermerías distribuidas en 7 comunidades autónomas.
La valoración del servicio por parte de las congregaciones es muy positiva. En la actualidad se está prestando el servicio en 25 centros. El número de religiosos/as dependientes atendidos en esos centros desde este programa es de cerca de 300 y los trabajadores contratados para prestar los servicios son más de 200.
El Programa de Atención a la Vida Consagrada surge como respuesta a la petición de algunas congregaciones religiosas para cuidar de tantos religiosos y religiosas que han dedicado su vida al servicio de la Iglesia y de la sociedad. Su objetivo es ayudar a las congregaciones a gestionar sus enfermerías, casas y residencias, y cuidar de sus mayores enfermos o en situación de dependencia. La Fundación Hospital Residencia San Camilo, que gestiona este proyecto, aporta el personal asistencial necesario y se responsabiliza de las relaciones laborales y de la gestión del servicio, ofreciendo una atención integral a los religiosos que lo precisen en sus propios lugares de residencia.
Para llevar a cabo este proyecto la Fundación cuenta con personas técnica y humanamente muy cualificadas. Los servicios asistenciales más frecuentes que presta son aseo e higiene personal, ayuda en el vestir, en la alimentación, administración de medicación, controles de salud, cuidados sanitarios de enfermería, programas de estimulación, terapia ocupacional, fisioterapia y acompañamiento.
La asistencia sanitaria y asistencial es nuestro principal cometido, aunque también ofrecemos una serie de servicios complementarios como pueden ser la limpieza, recepción, cocina, lavandería y/o mantenimiento. Siempre con el objetivo de facilitar el trabajo de los residentes y ofrecerles una calidad de vida a su altura.
El proyecto ha crecido en su dimensión intercongregacional con la creación del Consejo Asesor de Participación en el que están representadas todas las congregaciones implicadas en el proyecto y con la incorporación de dos personas de otros Institutos Religiosos en el Patronato de la Fundación. Un buen signo de comunión eclesial y de solidaridad intercongregacional.

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