El Papa Francisco ha pedido hoy por las familias en la oración inicial de la Eucaristía. Francisco ha querido recordar que «en este tiempo de cuarentena las familias han estado encerradas en casa tratando de hacer muchas cosas nuevas, con tanta creatividad con los niños, con todo, para salir adelante. Pero también, en muchas ocasiones se da la violencia doméstica. Oremos por las familias para que continúen en paz, con creatividad y paciencia en esta cuarentena».
Además, durante su homilía de hoy, el Santo Padre ha invitado a trabajar por la unidad de todos los hombres, a pesar de las diferencias, y ha tomado como ejemplo las palabras de un cardenal emérito de Roma para explicarlo. «La Iglesia es como un río – ha señalado- algunos son más de un lado, otros están más del otro lado, pero lo importante es que todos estén dentro del río. Ésta es la unidad de la Iglesia, ninguno fuera, todos dentro. Todos con nuestras diferencias; esto no divide, sino que crea unidad. Tener diferencias es lícito, porque la Iglesia tiene esta amplitud, y eso es porque el Señor así lo quiere». «Incluso a Jesús le reprochaban haber entrado en casa de publicanos y pecadores, era la pureza de la ley la que no permitía esto. Siempre ese reproche que crea división, y esto es algo importante que quiero subrayar: son ideas, posiciones que crean división, hasta tal punto que es más importante la división que la unidad. Es más importante mi idea que el hecho de que el Espíritu Santo nos guía».
Y ha continuado «el Señor en el Evangelio nos dice: yo tengo otras ovejas que no son de este redil, también a ellas las debo guiar, escucharán mi voz y se hará un solo rebaño y habrá un solo pastor».
Por eso, el Santo Padre ha insistido en que «tenemos un solo redentor, una sola unidad. Ha muerto por todos, aunque también existe la tentación. Pensemos en nosotros. Cincuenta años después del Concilio las divisiones que ha pasado a la iglesia. Es lícito pensarlo así, pero dentro de la unidad de la Iglesia, bajo el pastor que es Jesús. Ésta es la oración para la unidad de todos los hombres, para que todos los hombres y las mujeres tengamos un único pastor, Jesús. Que el Señor nos libre de la psicología de la división, de dividir, que nos ayude a ver esto en Jesús, la grandeza de que en Él todos somos hermanos, que Él es el pastor de todos».
